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El Palacio de Justicia, con más de 19.000 metros, tiene muchas limitaciones; ni siquiera fue inaugurado de forma oficial. FOTOS: PABLO LORENZA Y ALEX PIÑA

La dispersión de juzgados «genera distorsiones en el trabajo diario»

Oviedo inaugura la octava sede judicial en el edificio de Telefónica y aguarda la reunificación tras inaugurar en 2001 un palacio obsoleto

Paz De Alvear

Oviedo

Domingo, 7 de enero 2024, 00:37

Peregrinaje judicial. Oviedo, como advirtió esta semana el presidente del Tribunal Superior de Justicia de Asturias, Jesús María Chamorro, «va a las ocho sedes judiciales». ... Incorpora la tercera planta del edificio de Telefónica, en la calle Carlos López Otín, -en Llamaquique-, para el Juzgado de lo Contencioso 6 y reunirá a los Mercantiles. Es un modo de aproximar juzgados, pero aún se está lejos, como reconocen desde el Principado, de la demandada reunificación judicial. La situación actual, según sostiene el Tribunal Superior de Justicia, «dificulta la labor de funcionarios y profesionales y genera distorsiones en el trabajo diario».

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La reunificación es demandanda desde hace más de dos décadas. Todo, puede decirse, comenzó con la apertura -sin inauguración oficial- del Palacio de Justicia de Comadante Caballero, que se quedó obsoleto desde sus inicios, incapaz, por su configuración, de dar cabida a todos los órganos judiciales. Tanto es así que tan solo un año después, el entonces presidente del Tribunal Supremo y del CGPJ, Francisco José Hernando, anunció en Oviedo que el ministerio dispondría de «una dotación presupuestaria amplia» para la reforma del edificio porque sufría «una disfunción interna muy acusada».

Han pasado prácticamente 23 años, y el inmueble -de 19.341 metros cuadrados-, como detectó un informe del Colegio de Arquitectos encargado por el Principado, sufre falta de espacio, carcoma, tiene pasillos laberínticos y supone una «trampa mortal», según apuntó en su informe. Humedades aparte, además de otros episodios de caídas de losetas de la fachada.

La necesidad de reorganizar y reunir los juzgados ha estado siempre en el debate de la ciudad. El propio Ignacio Vidau, presidente del TSJA entre 2003 y 2019, no dejó nunca de demandar la reunificación. Testigo que ahora tiene entre sus manos Jesús María Chamorro.

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En 2009, bajo la presidencia de Vicente Álvarez Areces, el Principado anunció la creación de un Palacio de Justicia en la parcela de El Vasco -ahora reflotada como Gran Bulevar-, que era propiedad de Jovellanos XXI. El presupuesto, 190 millones. La Unión Europea frenó la idea por vulnerar la normativa de contratación. Tras este carpetazo, el debate viró, ya en 2012 con Javier Fernández, a la posible creación de una Ciudad de la Justicia en los terrenos del viejo HUCA. Nada se hizo.

En 2022, Adrián Barbón lanzó la propuesta, aún vigente, para resolver los problemas de la dispersión judicial como también dejar en dos el número de campus universitarios en la capital. Una suerte de puzzle que quedaría así: La Universidad -que se encuentra ya a la espera de que la Tesorería de la Seguridad Social apruebe la cesión- pasará a utilizar los edificios de Silicosis, Maternidad y Consultas Externas de El Cristo, a los que trasladará los estudios de Ciencias, Formación del Profesorado e Ingeniería de Software, liberando a su vez los edificios de Llamaquique que servirán para reunificar los juzgados. El Principado destinará este año cien mil euros para el anteproyecto de las actuaciones necesarias para reconvertir los edificios universitarios en sedes judiciales.

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Más de dos décadas después, empiezan a verse avances. Pero la urgencia va a más. Por eso, Chamorro señaló a la Escuela de Minas, tras el cambio de los estudios a Mieres, como «solución puente» antes de la reunificación. Ir moviendo piezas. En esta operación, el alcalde Alfredo Canteli acaba de tender la mano al Gobierno regional para agilizar el desarrollo del viejo HUCA. El Ayuntamiento, aseguró, es un «colaborador necesario» y apoyará la «decisión del Principado»; si bien, lamentó que pasa el tiempo «pero no se hace nada».

Mientras el gran puzzle se configura, Chamorro tiene claro que «necesitamos edificios creados y ordenados específicamente para la función judicial para que los ciudadanos puedan acudir a unos edificios cómodos, amplios, bien señalizados».

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Para el TSJA, según recoge en su memoria, el Palacio de Justicia «adolece de numerosos defectos que lo convierten en inadecuado para un uso racional y compatible con las normas de seguridad e higiene en el trabajo». Por ejemplo, el Juzgado de Guardia se ubica «en un espacio muy reducido por debajo de la línea de calle»; las salas de vistas «carecen de ventanas para una ventilación adecuada»; la sala del Juzgado de Violencia sobre la Mujer es «pequeña», recoge. El propio Chamorro, a preguntas de este diario, detalló la situación del resto: «la instalación de La Ería es buena»; la de La Corredoria «no es mala», pero «convive con el Instituto de Medicina Legal, lo que conlleva problemas de todo tipo porque es un edificio en el que se están haciendo autopsias, donde hay un depósito de cadáveres, eso es problemático». Sobre los «juzgados de Rosal están en unas instalaciones que podrían mejorarse» y sobre el piso de Pedro Masaveu, prefirió callarse.

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