La nave de cañones, un polo tecnológico junto al vial de entrada a la ciudad
El desvío de la autovía por los terrenos de la fábrica y que bordeará el edificio de Sánchez del Río «fracturará la unidad del recinto»
P. A. / R. A.
OVIEDO.
Lunes, 25 de julio 2022, 03:41
Una de las principales joyas que atesoran los 120.000 metros cuadrados de la factoría de La Vega es la nave de cañones, obra de ... Ildefonso Sánchez del Río en 1940. Un edificio, de 5.184 metros cuadrados, que, según la declaración de intenciones que se oficializará hoy en Madrid, pasará a ser del Principado y está llamado a convertirse en el epicentro, junto alguna nave más, de la actividad productiva encabezada por esa suerte de polo de empresas de alta tecnología, del ámbito sanitario y bioquímico. En este punto, la Cámara de Comercio ya se ofreció para la promoción de una bioincubadora 4.0 con fondos europeos. Un destino, en definitiva, muy diferente al planteado, infografía incluida, en el año 2020 por este equipo de gobierno cuando proyectó desviar el tráfico por los terrenos de La Vega perforando, atravesando, la nave de Cañones. Tuvo que dar marcha atrás ante el aluvión de críticas.
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Las tres administraciones consienten que el vial de salida y entrada siga pasando por territorio fabril, que se quedará sin sus altos muros, si bien salvando la nave de cañones: la carreretera llegará a esta a ella y la bordeará, curva pronunciada incluida, para volver a salir y conectar con la Cruz Roja, según las primeras estimaciones. Si ello despierta críticas o no se verá cuando sea analizado en detalle el protocolo, o este adopte la calidad de convenio.
Víctor García-Oviedo, miembro del equipo redactor del PGOU, sin entrar a valorar el protocolo, sí señaló tres claves de la relevancia de la fábrica: es «un lugar estratégico» para la ciudad; contiene «un patrimonio singular que es necesario evaluar al poder condicionar soluciones futuras», y su interior, una vez derribados sus muros, «tiene una trama encajable en la urbe».
El grupo de urbanismo del Colegio de Arquitectos, anticipó ayer su decano Miguel Casariego, iniciará la semana que viene una serie de reuniones para analizar el tema y poder lanzar sus conclusiones. Mientras, ya comienzan a sonar algunas opiniones. El arquitecto Felipe Díaz-Miranda lo tiene claro, lo que se está trazando representa «una gran oportunidad perdida para la fábrica de La Vega, para un gran equipamiento de Oviedo con vocación regional o nacional. Oviedo es capital y debería destinar los 120.000 metros del recinto a un polo empresarial de verdad que creara empleo» y no reducirlo «a la nave de cañones y tres más». Díaz-Miranda también consideró «una barbaridad la entrada de la autovía por en medio de la fábrica y haciendo un giro de 90 grados junto a la nave de cañones. Está claro que tras este protocolo «no hay un arquitecto urbanista detrás, sino otros agentes».
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Por su parte, otro arquitecto, José Ramón Molina afirmó que «el punto de partida está bien, pero es manifiestamente mejorable».
El profesor e historiador Lorenzo Arias indicó que «el vial de entrada fractura, separa y rompe la unión que hay dentro de la fábrica. Separa la nave de cañones y es como un muro de Berlín. Para proteger la iglesia de Santullano, se destroza el resto», argumentó.
Derribos
Lo que nadie duda es de la importancia del conjunto de La Vega, máximo exponente del patrimonio industrial en Oviedo y con gran relevancia a nivel nacional. La plataforma Salvemos La Vega, aunque sin éxito, propuso declarar BIC el recinto. Un intento conservacionista que el propio alcalde Alfredo Canteli rechazó porque, dijo entonces, torpedearía sus futuros usos. Ayer, el portavoz del colectivo Manuel Maurín destacó que «no estamos en contra de ningún uso, pero estos deben ser compatibles con la conservación del patrimonio que alberga en su conjunto». Criticó que el acuerdo entre las tres administraciones de cara a los futuros destinos de la parcela se haya producido de «una manera opaca» y «no se haya oído nada de la conservación. El alcalde nunca ha hablado de conservación y al Principado tampoco le interesa». En ese sentido, la plataforma lamenta que «no se pusieran de acuerdo antes para garantizar la conservación y el mantenimiento del patrimonio industrial en la capital».
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Hace dos años, el equipo de gobierno encargó un estudio sobre el estado de conservación de los numerosos edificios de La Vega. Pudo ser la base del dibujo planteado en el protocolo, que contempla el derribo de ocho edificaciones dentro de la parcela, como el antiguo economato u otros almacenes, para dejar paso a un gran parque junto al claustro y al millar de viviendas proyectadas. El suelo que ocuparán estas últimas, el 25%- servirá de modo de pago al Ministerio de Defensa, a pesar de que se tratan de terrenos que, en siglos pasados, eran de los ovetenses. «Lo estamos pagando caro, mil viviendas», insistió Díaz-Miranda.
Para la Federación de Vecinos de Oviedo (FAVO), aseguró su presidenta Eva Sánchez, lo que se ve en este plan «es especulación. Con 18.000 viviendas vacías en Oviedo, para qué queremos mil pisos más?».
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