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Una mujer observa la fuente de Foncalada, declarada Patrimonio de la Humanidad por la Unesco en 1998. Alex Piña

El Principado de Asturias realizará obras de conservación y restauración en la fuente de Foncalada de Oviedo

Las labores en este monumento declarado Patrimonio de la Humanidad permitirán la limpieza y reposición de materiales

Susana Neira

Oviedo

Miércoles, 27 de agosto 2025, 06:42

Una de las joyas del Prerrománico asturiano en Oviedo, la fuente de Foncalada, declarada Patrimonio de la Humanidad por la Unesco en ... 1998, se someterá a labores de conservación y restauración. La Consejería de Cultura da dado un paso importante para la mejora del considerado el único edificio civil con fines de utilidad pública de la monarquía asturiana. Fue mandada construir por el rey Alfonso III.

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Con un plazo de ejecución de tres meses –la previsión es iniciar las obras en otoño– y un presupuesto de 84.269 euros, la obra ya ha salido a licitación, con el 15 de septiembre como plazo máximo para que las empresas presenten sus ofertas.

Dado el importante valor histórico de este Bien de Interés Cultural, la intervención deberá ser «extremadamente cuidadosa», según refleja el estudio petrológico encargado por el Principado a la asesoría geológica Gea. Los trabajos se dividirán en varias fases durante esas doce semanas estimadas de obra. Por un lado, se procederá a la limpieza, «un proceso irreversible por lo que es imprescindible seleccionar el método más adecuado y tener conocimientos del medio». En la parte exterior de la fuente, se llevará a cabo la eliminación de la colonización biológica –principalmente algas, musgos y helechos–, para lo que será necesario el empleo de un tratamiento biocida y fungicida que extermine los organismos y microorganismos vegetales. Y para realizar de forma adecuada estas labores, se tendrán en cuenta unas condiciones ambientales adecuadas y una vez finalizado, se inspeccionará la superficie de nuevo transcurridos quince días. «En caso de que conserven restos vegetales deberá procederse al cepillado manual de las mismas», algo que servirá también para repasar aquellos sillares con irregularidades. En el interior de la fuente, según detalla el citado informe, además de los pasos anteriores se empleará «un método mecánico de proyección de microabrasivos para la eliminación de la pática de ennegrecimiento, y también para rebajar el espesor de las costas carbonatadas que recubren la superficie» y, en lo que respecta al saneamiento de materiales, «se incluye en esta fase la eliminación de todos los morteros de reposición y la limpieza de todos los materiales del interior de las juntas abiertas, siempre respetando y conservando el mortero original».

La segunda fase será fundamental para la «conservación y estabilización mecánica de la edificación», teniendo en cuenta la disposición de los sillares y la falta de ellos. En este último caso deberán de reponerse con un material pétreo adecuado». También se recolocarán y estabilizarán algunas de las piezas existentes, para lo que será necesario el desmontaje parcial y apeo parcial de parte de la estructura superior, aprovechando también para el sellado de juntas con un mortero de restauración, lo que evitará la entrada de agua en el monumento.

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Zona deprimida

Para terminar, la empresa adjudicataria realizará una hidrofugación efectiva de las superficies. Por último, la asesoría geológica recomienda, «teniendo en cuenta que la fuente está en una zona deprimida donde la recogida de agua es constante y el suelo bastante impermeable, realizar labores de mantenimiento para garantizar la conservación de esta joya.

Con estos trabajos se pretenden solucionar la mayoría de las patologías observadas en el estudio, que tienen en su mayoría su origen en la humedad ante la ubicación de la fuente en una zona deprimida, la climatología adversa, la alta humedad y las características estructurales del monumento, que en ocasiones ha sido víctima de reposiciones con materiales de baja calidad, que presentan un elevado estado de deterioro. La última intervención de calado, en los años noventa, en la plaza sirvió para desviar la red de saneamiento que rodeaba la fuente.

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