El dueño del Pigüeña, Marco Rodríguez, sirve el menú del Desarme a Álvaro y Francisco Fernández. FOTOS: ALEX PIÑA

El menú del Desarme, un «éxito rotundo» a pesar de la crisis sanitaria

ALBERTO ARCE

OVIEDO.

Martes, 20 de octubre 2020, 00:45

Llueva o brille el sol, el 19 de octubre es para sentarse a la mesa, coger la cuchara y disfrutar de los garbanzos con bacalao y espinacas, de los callos y, sin olvidar a los que puedan preferir una buena casadiella, del arroz con leche. Ayer los bares y restaurantes del municipio volvieron a lucir a rebosar, todo lo que permiten las restricciones derivadas de la covid 19, por la fiesta del Desarme. Una cita de Interés Turístico Regional que comenzó el pasado día 15 y que, en palabras del alcalde, Alfredo Canteli, ha sido «un éxito rotundo a pesar de todas las limitaciones sanitarias».

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Así lo manifestó el primer edil durante su visita a la exposición que acoge la antigua plaza del Pescado de Trascorrales sobre la historia de la tradicional fiesta gastronómica de la ciudad. Un paseo, acompañado del cofrade mayor del Desarme, Miguel Ángel de Dios; el edil de Hostelería, Alfredo García Quintana; y el presidente de Otea, José Luis Álvarez Almeida, en el que aprovechó para agradecer a los hosteleros «el esfuerzo que hicieron para, a pesar de todas las limitaciones, conseguir que la fiesta se celebrase con toda su magnitud y esplendor». Al tiempo, expresó el regidor, «espero que en años sucesivos se vaya consolidando y que sea una referencia no solo en Oviedo o Asturias sino en todo el norte de España», pues, en sus palabras, «si la gente viene a Oviedo a comer el Desarme, viene a consumir» a la ciudad, sentenció.

Del otro lado del chigre, las previsiones hablaban de una bajada notable en los números con respecto al año anterior por la evidente situación de crisis sanitaria; no obstante, el sabor de boca no ha sido malo del todo. Se encargó de explicarlo a este diario desde la sidrería El Pigüeña de la calle Gascona, Marco Rodríguez. «Es cierto que este Desarme ha sido peor que en años anteriores por el miedo que tiene la gente a entrar en los restaurantes y, además, porque estamos condicionados a la capacidad que tenemos ahora». Sin embargó celebró, «los clientes se han quedado encantados con el menú».

Usuarios, en todo caso, «habituales de todos los años» de la efeméride gastronómica, comentó el sidrero, en ausencia de turistas. Aun con todo, concluyó, «no ha ido tan mal, hemos repartido unos trescientos menús».

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