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La noche de San Juan derrota a la insistente lluvia
Fiesta. Las novedosa hoguera de El Campillín y la ya tradicional de La Corredoria brotan entre el agua, que obligó a suspender las actividades infantiles
RAFAEL FRANCÉS
Viernes, 24 de junio 2022, 02:46
La lluvia como tantos y tantos años amenazó la hoguera de San Juan. Aunque los malos augurios que portaban las nubes no pudieron con el solsticio de verano, finalmente la meteorología permitió que prendiera la noche más corta del año y con ese fuego purificar los deseos de los ovetenses. Fue una hoguera poderosa que ardió en el paseo principal de El Capillín, por primera vez en la historia de la fiesta de San Juan. Atrás quedaron los tiempos del fuego en la plaza de la Catedral o en la de Porlier.
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Aunque la noche terminó en llamas como se esperaba, la tarde fue pasada por agua, una lluvia tenaz que obligó al Ayuntamiento a suspender las actividades infantiles que debían haber comenzado a las cuatro y media de la tarde en la plaza de Santo Domingo. Caía agua torrencialmente así que, evidentemente, no había niños para celebrar el programa 'Juega a lo grande'.
Fueron muchas las personas que apuntaron en un papel los malos augurios y los tiraron a la hoguera para ahuyentarlos y otros tantos estudiantes que, conforme a una tradición mucho más moderna, lanzaron a las llamas los apuntes del curso para deshacerse de ellos y abrir el camino a un año nuevo de estudios. Mientras tanto, otras personas miraban fijamente deleitándose en el poder hipnótico del fuego. Ese poder que tiene algo vivo que nuca se repite, lo que obliga a no perder ripio de lo que acontece entre las llamas.
Alegría pese a la tarde lluviosa, al cielo plomizo y la descarga de agua que sembró el desconcierto. El desconcierto y el miedo a que una fiesta tradicional y muy querida, sobre todo entre los jóvenes, y que regresaba tras la irrupción de la pandemia, no se pudiera celebrar porque el agua podía apagar el fuego.
Antes de todo eso hubo un desfile de animación que llenó las calles entre la plaza de Santo Domingo y el Ayuntamiento de seres mitológicos asturianos para deleite de los viandantes. Ya, a las diez de la noche, en el paseo del Padre Valdés (Campillín), el grupo berciano Los Pamplinas inundaron de música tradicional y mucha gaita los prolegómenos del gran momento, la hoguera. Finalmente, pudo ser. A las doce en punto, la noche más mágica y corta del año brilló en llamas, previa traca de petardos, ante centenares de personas. Y al calor del fuego, llegó el baile de la danza prima. «Hay mucha gente, pensé que la lluvia iba a matar la hoguera. Oviedo vuelve a resurgir», destacó Juan Fernández, de 50 años. Sandra Alonso, de 38, lanzó al fuego su deseos: «Que se acaben las diferencias sociales que tanto nos perjudican», mientras que Irene Hermosilla, de 26, rememoraba los tiempos de colegio en los que la fiestas de inicio de verano eran lo mejor,
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Mientras tanto, en la otra punta de la ciudad los vecinos de La Corredoria celebraron también la fiesta San Juan con su propia hoguera, una tradición. A las diez de la noche se dio el pistoletazo de salida a una verbena amenizada por la orquesta Cuarta Calle. Mucha animación musical a la espera de que prendiese la hoguera en el que es el barrio más populoso de Oviedo. Ganas de fiesta.
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