Ángel Rey, director de la asociación Trama Oviedo
«Antiguos menores no acompañados hoy forman parte del equipo educador»«La salud mental es ahora un problema y desde la educación se puede llegar a más personas y mejor; Internet puede hacer mucho el bien»
Desde hace 27 años, la asociación Trama Oviedo trabaja en la protección y educación de menores en situación de vulnerabilidad. Su director, Ángel Rey, ... comparte con EL COMERCIO durante esta entrevista su experiencia, los retos que enfrenta la organización y sus planes para el futuro.
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–¿Cómo describiría la trayectoria de Trama Oviedo en estos 27 años?
–Yo diría que seguimos con la misma ilusión del primer día y eso que son ya muchos años. Nuestro objetivo ahora también es continuar con nuestra labor, adaptándonos a las necesidades cambiantes de los menores y sus familias y seguir con todos los proyectos que tenemos, que son una docena de ellos.
–¿Cuáles son los principales proyectos para este año?
–Queremos consolidar los programas actuales y reforzar iniciativas como los centros de día y los puntos de encuentro familiar, que creemos son fundamentales y que ayudan mucho. También trabajamos en la formación en colegios, institutos y con las familias, sobre todo porque ahora la salud mental es un problema y desde la educación se puede llegar a más personas y mejor, ya que Internet es una herramienta que puede hacer mucho el bien, pero también desinforma y ahí debemos de hacer nuestra labor divulgativa.
–¿Cuántas personas trabajan en Trama y a cuántos menores atienden?
–Actualmente, somos 110 trabajadores con diferentes formaciones universitarias y de diferentes especialidades. Atendemos a ochocientos menores, tanto en programas de protección como en medidas de reforma. Los menores nos llegan derivados por las administraciones o por medidas judiciales.
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–¿Ha habido un incremento en el número de casos en el último año?
–Sí, hemos visto un aumento del 10%, más o menos, respecto al año anterior, especialmente en adolescentes con problemas de consumo de sustancias o salud mental. Más que un incremento cuantitativo, lo que observamos es un cambio cualitativo en las problemáticas.
–¿A qué cree que se debe este cambio?
–La sociedad está en constante evolución y eso se refleja en los problemas de los menores. La salud mental es una asignatura pendiente que se ha visibilizado más desde la pandemia y eso implica que ahora ya no veamos menores desprotegidos a edades tempranas como ocurría antes con ocho o diez años, sino que los adolescentes son la preocupación mayoritaria en todos los ámbitos.
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–¿Cuáles son las principales necesidades de Trama?
–Necesitamos más inversión en prevención y formación para los trabajadores. Pese a que tenemos financiación y casi no podemos quejarnos, sabemos y creemos firmemente que es fundamental que se entienda que el dinero no se gasta, sino que se invierte en el bienestar de los menores y, por ende, en la sociedad. Así que siempre necesitamos inversión para poder hacer mucho más de lo que ya hacemos.
–¿Cómo puede colaborar la ciudadanía con Trama?
–Hay varias maneras, desde el voluntariado hasta la colaboración en actividades. Actualmente, tenemos una docena de programas que incluyen terapia familiar, centros de día y puntos de encuentro además de talleres como mecánica, albañilería... que dan nuevas oportunidades a estos chavales y tenemos que enfocarnos en hacer todo lo posible para que salgan adelante.
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–Recientemente ha habido quejas por parte de vecinos sobre el centro de Sograndio. ¿Cuál es su opinión al respecto?
–Hay que asumir que la realidad de la sociedad está presente en todos los barrios y ciudades. Es cierto que ha habido un aumento del conflicto entre menores, pero no existe una alarma social. En cualquier caso, contamos con protocolos de actuación que se siguen a rajatabla y por fortuna nosotros en Asturias no hemos tenido más conflicto que los típicos de la edad de un adolescente que todos pueden tener, así que no hay preocupación, además de que la formación de los educadores es excelente para prevenir también ciertos casos.
–¿De qué países provienen los menores no acompañados?
–Aproximadamente, el 60% son de Marruecos y el 40% de países subsaharianos. También hay algún menor de Pakistán que sorprende porque no hay casi población de ese país en Asturias, pero alguno llega. La mayoría consigue integrarse y tener una vida estable. De hecho, tenemos casos de antiguos menores no acompañados que hoy trabajan con nosotros y forman parte del equipo educador.
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–¿Qué le gustaría que cambiara en la percepción social sobre estos centros?
–Me encantaría que algún día las noticias abrieran con algo positivo sobre estos menores. Parece que siempre se habla de lo negativo y también sería bueno saber que hay muchas historias de éxito y positivas que merecen ser contadas.
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