Oviedo se ofrece al ministerio para albergar el centro tecnológico de la industria de defensa

Al menos así lo anticipó ayer el primer teniente de alcalde, Mario Arias, instantes después de encabezar en la plaza del Ayuntamiento el minuto de silencio en homenaje a las mujeres que han sido víctimas de la violencia machista a lo largo de este 2024. En sus palabras, «en el ámbito de la defensa, Oviedo es fundamental para España y en materia de industria, por lo tanto no se me ocurre otro sitio mejor que Oviedo para albergar esa futura institución o ese futuro polo de creación de empleo y relacionado con un sector estratégico como es el sector de la defensa para Asturias, para Oviedo y también para España». Una solicitud que hizo extensible con un sonoro «ojalá» también para la Agencia Estatal de Salud Pública, que el alcalde, Alfredo Canteli, lleva ya un tiempo peleando para la ciudad.

Ahora bien, ¿dónde debería ubicarse un centro tecnológico y de innovación de la industria de defensa en Oviedo? Hay dos opciones bien diferenciadas y cada una con sus propios argumentos. La primera e indiscutible es Trubia. No sólo porque cuenta con la presencia de dos de las empresas armamentísticas más importantes de Europa (General Dynamics European Land Systems-Santa Bárbara Sistemas, matriz de la fábrica de armas, y Rheinmetall, de la de municiones de Quintana). Otra cosa bien distinta es en qué espacio concreto de la villa cañonera, dentro o fuera de alguno de sus principales complejos industriales, podría instalarse.

La segunda, también por ser historia viva de la defensa en España, sería la antigua fábrica de armas de La Vega, que se encuentra estos días a la espera de que el Ayuntamiento apruebe de forma definitiva el convenio para su transformación en un polo residencial, empresarial y cultural en colaboración con el Gobierno del Principado y del Ejecutivo central de Pedro Sánchez a través del Ministerio de Defensa.

Un lugar que las autoridades no hubiesen dudado ayer en ofrecer sin titubeos para tal efecto si el anuncio de la secretaria de Estado hubiese llegado con el proyecto mucho más maduro de lo que está. El equipo de gobierno local no espera aprobar el convenio hasta el mes que viene, luego se abrirá una larga y ardua fase de tramitación urbanística y aún pasará un tiempo hasta que la vieja factoría de la entrada norte de la ciudad comience a llenarse de contenido. Arias atajó la cuestión señalando que La Vega sería «un sitio idóneo», pero que «lo importante es que esté en Oviedo» más allá de todo lo demás.

El consejero de Ciencia, Borja Sánchez, volvió a referirse ayer al proyecto como una oportunidad «clave para nuestro futuro». Una iniciativa de Defensa que «va a representar a nivel histórico lo mismo que representó la llegada de DuPont a nuestra región», advirtió, y que, si bien lo fió al «largo plazo», servirá para «generar cientos de empleos de calidad; va a ser un facilitador para que se generen nuevas empresas y todo ello posicionará a Asturias en el panorama internacional».

Es por ello que no importa tanto el dónde como el qué, o ese es el mensaje que trasladó, por su parte, el presidente de la Cámara de Comercio de Oviedo, Carlos Paniceres. «Se ha conseguido una de esas cosas que pocas veces ocurren y me atrevo a decir que lo mejor está por venir, que esto sólo es el inicio; será un revulsivo para Oviedo y para Asturias muy importante», sentenció convencido. «Claro que, por gustar, me gustaría que se ubicase en La Vega, sería un sueño, pero debemos ser posibilistas y si no encajase por cualquier motivo, hay que buscar otro sitio».