Oviedo ultima la apertura de los depósitos de El Cristo y la cesión a la Universidad de los Quintos
El Ayuntamiento da por superadas las discrepancias con la concesionaria y trabaja en la puesta a punto de los tres tanques
GONZALO DÍAZ-RUBÍN
OVIEDO.
Sábado, 7 de noviembre 2020, 00:44
Toca limpieza. Una muy especial. Los tres vasos tienen que quedar impolutos, casi esterilizados. De ellos van a beber 222.000 ovetenses. Después de 16 años cerrados y sin uso, los depósitos de agua de El Cristo están a punto de entrar en servicio. «En un par de meses», confiaron ayer al alimón durante una visita a las instalaciones el alcalde, Alfredo Canteli y el número dos del gobierno local, el concejal de Urbanismo e Infraestructuras, Nacho Cuesta. «Antes de fin de año», precisaron fuentes de la concejalía.
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Una vez puestos en funcionamiento, el Ayuntamiento acelerará el convenio ya existente con la Universidad para ceder a la institución académica los terrenos que ocupan ahora los Quintos, como se denominan en relación con su ordinal a los actuales depósitos de agua de la ciudad. Un acuerdo que aún más viejo que los nuevos depósitos y que nada aclara sobre el futuro uso de los suelos: «Es a la Universidad a la que le corresponde decidir su uso», explicó Cuesta.
Faltan cosas. El traslado de los depósitos de hipoclorito, contratado a Asturviesca, de los actuales a los nuevos depósitos y concluir la limpieza de los tres tanques. Cada vaso, con sus casi 140 metros de largo y 40 de anchura, requiere cinco días de trabajos, después toca aclarar y verter el resultado, para lo que ha sido necesario instalar un corrector de cloro que evite daños al río Nalón.
Después de 16 años con la obra civil acabada y más 47 millones de euros de inversión del Estado, poca cosa. Los depósitos, a los que correspondería llamar los Séptimos al ser los Sextos el de Cuyences, se dieron por terminados en febrero de 2004, tras una compleja obra que costó más de 14 millones y obligó a inyectar toneladas de hormigón en el arenero sobre el que se levantaron. Solo tras la derrota electoral de los populares aquel año, el entonces alcalde, Gabino de Lorenzo, rebajó la inauguración a «un vinieron unos señores de Madrid a abrir un grifo». Los depósitos no estaban conectados a la red de la ciudad ni tampoco a la traída. Lo primero se solucionó con una obra del Plan E en 2009; lo segundo tuvo que esperar hasta 2013, cuando la Confederación completó la nueva conducción desde la potabilizadora de Cabornio a los depósitos. La traída, que costó 9,3 millones de euros, fue un fracaso. Por problemas de diseño, reventó hasta una docena de ocasiones durante las pruebas de carga. Fueron necesarias más obras para mejorar la aireación antes de que el Ayuntamiento asumiese la infraestructura.
Nuevos aires con Aqualia
Luego estallaron las desavenencias con la concesionaria. Las fundamentales, sobre las liquidaciones anuales de la empresa y el cumplimiento de sus obligaciones, acabaron por enturbiar y complicar la reparación de las últimas fugas en la traída. El acuerdo entre las partes, en el que la empresa acepta buena parte de los criterios de los funcionarios, despejaron el asunto. En presencia del nuevo gerente de la concesionaria, Javier García, ayer hubo un pelillos a la mar. «Afortunadamente, los problemas de fugas están resueltos ya», señaló Canteli. «Hemos limado esos desencuentros con la concesionario y también con la Confederación», certificó Nacho Cuesta. El agua baja ya menos turbia, pero también aquí faltan cosas como revisar la liquidación de 2016.
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