La Catedral urge al ministerio la restauración de las vidrieras sur tras más de diez años de espera
El Cabildo debe revisar el proyecto, presupuestado en 357.000 euros hace una década, pero sigue «sin respuesta» del Instituto de Patrimonio
ALBERTO ARCE
OVIEDO.
Martes, 14 de septiembre 2021, 00:34
La piedra 'piensa' en milenios y no en siglos como el hierro o el mortero que lo reviste en la arquitectura eclesial más moderna; no ... obstante, comparten un enemigo común que lo desluce todo a su paso: el agua, y se necesitan, por tanto, constantes reparaciones. Las vetustas piedras de la Catedral ya celebran sus 1.200 años de historia. Y a pesar de que en los últimos 24 años (serán 25 en noviembre) el avance del plan director, elaborado en 1996 por los arquitectos Jorge Hevia y Cosme Cuenca y cumplido prácticamente al 99%, dejase al templo en un estado casi envidiable, aún queda por hacer. Es el caso de las vidrieras góticas de la nave sur y el crucero, urgen ser restauradas desde hace ya más de una década para terminar de una vez por todas las actuaciones planeadas en el documento rector.
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El proyecto lleva varios años en manos del IPCE (Instituto de Patrimonio Cultural de España), pero «aún no hemos recibido una respuesta». Al menos no una «oficial», explica el deán de la Catedral, Benito Gallego. «Oficiosamente, sí que lo tienen en cuenta, pero no ha habido una contestación con firma y sello». Unos trabajos que dependen directamente del Ministerio de Cultura, pero la ficha sigue a día de hoy en la casilla de salida.
Eso sí, para esas veinticuatro vidrieras de la nave sur, que representan a diversos santos, obispos y a la Virgen con el Niño y la Cruz de los Ángeles, raramente el estudio planteado hace ahora más de diez años, presupuestado en 357.820 euros, serviría por completo. Habría que repetirlo o, al menos, revisitarlo. «No sabemos exactamente cuánto nos podría costar, se hacen proyectos hoy, pero con el tiempo siempre hay que volver a ellos y cambiarlos». El agua continúa dañando, entrando, gota a gota, mucho más cuando sopla el viento racheado en invierno, y se cuela por pequeños orificios al interior del templo.
Las obras tampoco serían del todo sencillas y llevarían varios meses, amén de la utilización de un andamio especial capaz de acercar a los obreros hasta las vidrieras sin interrumpir el culto. Lo que sí es cierto es que con su culminación se terminará la última obra pendiente de un plan director que, hasta la fecha y de forma escalonada, ya ha consumido más de 5,2 millones de euros.
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En palabras de Gallego, «tras todo este tiempo se han hecho muchas cosas muy necesarias (la restauración de la cubierta y la torre, el claustro, la Cámara Santa y el Arca Santa, las vidrieras norte y, más recientemente, la capilla de los Vigiles y los cinco retablos de la girola). «Por edad y por tamaño es un edificio que siempre estará en obras, cuando se termina en un sitio se empieza en otro y siempre tendremos que estar vigilantes para que los males no se extiendan», resume.
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Por instituciones, la administración que más obras ha realizado hasta el momento ha sido la Consejería de Cultura con diez intervenciones. Le sigue el Arzobispado junto al Cabildo (ocho), los ministerios de Cultura (cuatro) y Fomento (otras cuatro), y la Fundación María Cristina Masaveu (una).
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Aún quedan otras por acometer, como el saneamiento de la cripta de Santa Leocadia de la Cámara Santa de la Catedral, de origen medieval, debido a las continuas filtraciones que sufre y que llegan incluso a encharcar el suelo en días de lluvia, o la necesidad de renovar el órgano. «Todas las cosas no se pueden abarcar al mismo tiempo, llegará el día en que se haga», sentencia Gallego.
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