El parking de La Escandalera será clave para reactivar el Plan de Movilidad

Eliminar el aparcamiento de la plaza de la Escandalera y reorganizar el tráfico en superficie para instalar junto al paseo de Los Álamos y el edificio de la Junta General un intercambiador de varias líneas de autobús urbano e interurbano era la clave de bóveda del borrador del Plan de Movilidad Urbano Sostenible (PMUS) impulsado por el anterior gobierno de izquierdas. Un plan que hace escasos diez días el actual equipo de gobierno ha reactivado asumiendo, en parte, varios de los preceptos con los que se diseñó pero al que espera introducir modificaciones.

La negociación con el estudio redactor, Vectio, se prevé dura, según fuentes consultadas tanto del equipo de gobierno como de los responsables de la asistencia técnica, si por «sostenible» se entiende una drástica reducción del tráfico en vehículo privado por los centros de las ciudades. En la línea de los planes centrales ya implantados en Madrid o el futuro de Barcelona. Europa, en 2022, exige una reducción del 40% de las circulaciones, directriz asumida por el Plan de Movilidad del Principado y la Ley de Transporte. La Escandalera, de tan céntrico, explican los técnicos, actúa de foco receptor y funciona como un intercambiador intermodal de facto. De coche a pie.

El equipo de gobierno renunció, en un primer momento, al plan que complementaba al de movilidad. El de la reforma del Campo de San Francisco, el paseo de Los Álamos y la propia Escandalera. Concurso que asumía los preceptos de movilidad sostenible y que preveía una conexión peatonal entre ambas aceras e incluso el Teatro Campoamor.

En la misma línea, el borrador del PMUS borrará, cuando entre en vigor, cualquier atisbo de aparcamiento gratuito en superficie en un plazo de ocho años. Siguiendo la misma lógica de reducción de emisiones, facilitar la movilidad en transporte público, ciclista y peatonal, la solución pasa por ponérselo difícil al coche.

En reiteradas ocasiones el concejal de Urbanismo, Nacho Cuesta, ha afirmado que no pretende «criminalizar» al vehículo privado en una ciudad en la que el 74% de las circulaciones son para distancias inferiores a dos kilómetros y en las que se mueve una tonelada de hierros para transportar a una persona.

La otra ventaja de suprimir el aparcamiento subterráneo y limitar el tráfico en el centro es que permitirá ampliar el anillo de calles peatonales ahora fraccionado por Jovellanos y Azcárraga con las complicaciones que conlleva. Desde Vectio plantean, asimismo, una peatonalización «blanda» de la calle Uría, de facto el 'hub' de transporte de la ciudad por la que pasan la mayoría de las líneas de autobús urbano y cuando solo hay que advertir el comportamiento del peatón en la actualidad para saber que ya se concibe como peatonal.

Una actuación a completar con la conexión entre estaciones de autobús y tren y una mejora de las líneas de transporte a dotaciones como El Cristo y el nuevo HUCA.