Un paso de peatones para unir

«Es un barrio más desconocido pero tiene calidad de vida»

Marcos Huergo vive desde que tiene uso de razón en la calle San Melchor García Sampedro, en Villafría. Una zona que hace años «era prácticamente el límite con la zona rural de Oviedo». Desde su ventana observaba cómo un local vacío, frente a un supermercado, le llamaba. «Vi que hacía falta una carnicería, creí que era mi oportunidad de abrir un negocio en mi barrio de toda la vida», explica. Desde aquel momento en el que tomó la decisión han pasado ya diecisiete años y ahora, a punto de cumplir la mayoría de edad, percibe «cómo han cambiado las cosas en la zona».

«Por aquel entonces éramos muy pocos vecinos, veíamos las quintas de vacas a nuestro alrededor», recuerda. Durante estas casi dos décadas, «llegó el boom de la edificación, con nuevos bloques como Fuente Pelayo o la calle Goya». Algo que supuso «la llegada de nuevos vecinos que comenzaron a vivir aquí y decidieron quedarse tras conocerlo».

Un barrio, para el carnicero y vecino, «más desconocido que otros en Oviedo, pero que tiene una calidad de vida que no ofrecen en otras zonas del municipio». Por ejemplo, remarca la corta distancia que les une con las salidas de la capital y con el centro de la ciudad. «En apenas diez minutos estás en el Ayuntamiento; y en otros tantos, estás saliendo por la Ronda Sur en cualquier dirección», ejemplifica. Para él, el puente que une con la ciudad no es más que «una barrera psicológica».

«Villafría es un barrio muy tranquilo, donde convivimos vecinos de toda la vida junto con nuevos matrimonios con hijos pequeños», asegura Huergo. De hecho, algo que ha llevado «aún más vecinos» a la zona son los pisos de estudiantes MIR y para el alquiler por días o semanas. «Es un barrio en el que conviven vecinos de todo tipo, ojalá se nos tenga más en cuenta para traer eventos», desea este comerciante y residente.

«Villafría es una zona donde sentirse totalmente a gusto»

Hace seis años, José De Cesare tomó la decisión de abandonar su país natal, Venezuela, y poner rumbo a España. Tras unos días en Madrid acabó viajando al norte, directamente a Oviedo. Y concretamente, a Villafría. En el país latinoamericano, De Cesare trabajaba en la industria farmacéutica (en laboratorios como Multaller, Novartis y Roemmers) y llegó a España para seguir ejerciendo su profesión, pero al llegar se tuvo que dedicar a la hostelería. Aunque continuó formándose en uno de sus hobbies: el pilates. «Así decidí reinventarme y compaginar mi trabajo con mi 'hobby', decidiendo emprender». Escogió un local entre los portales 3 y 4, en un soportal común, de la calle Gaspar García Laviana por un motivo principal, la tranquilidad.

«Es un barrio muy, muy tranquilo», asegura De Cesare. «Llegué aquí nada más mudarme a España y creo que donde uno encuentra su lugar, no debe moverse», añade. De hecho, considera que Villafría es «una zona donde sentirse totalmente a gusto», que califica como «excelente» en la capital asturiana. Para él, «ofrece todos los servicios necesarios: cafeterías, bares, peluquerías, farmacias, colegios, etc....». Además, «la ubicación es idónea, a apenas unos minutos del centro y casco antiguo de Oviedo».

Cree que una de las grandes virtudes es su gente. «Los vecinos hacen vida aquí, consumen aquí y ayudan al comercio de aquí». Y considera que la «colaboración entre todos es magnífica». Como ejemplo, asegura que «la parroquia de San Lázaro nos cede el salón parroquial para que podamos realizar allí una clase gratuita para el barrio de pilates de suelo». Ejemplifica así que son zonas «que quieren seguir creciendo de la mejor manera posible». El ambiente en sus locales hosteleros también es «algo a resaltar», así como que, aunque haya ambiente, la zona es «verdaderamente tranquila, no hay problemas».