El plan director del Campo apuesta por «actualizar» el kiosco del Bombé
Los redactores recomiendan la incorporación de materiales más ligeros y nuevas técnicas sin que pierda su valor cultural
SUSANA NEIRA
OVIEDO.
Lunes, 5 de abril 2021, 00:40
El arquitecto Juan Miguel de la Guardia (1849-1910) dejó un importante legado en la capital asturiana, dando vida al urbanismo moderno del siglo XX. ... La plaza de toros de Buenavista, el desaparecido palacete de Concha Heres, Villa Magdalena, la plaza de Trascorrales, la casa del deán Payarinos o el cuerpo central de la iglesia de Las Salesas llevan su firma, así como el 60% de los edificios de la acera derecha de las calles Uría y Fruela. El cántabro de nacimiento y ovetense de adopción es, además, el autor del diseño del kiosco de la música del Bombé, cuyas obras de restauración se paralizaron en 2015, y ahora en el punto de mira en el avance del plan director del Campo San Francisco.
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Los arquitectos Cosme Cuenta y Julia Cuenca dedican un capítulo aparte dentro del documento encargado por el Ayuntamiento a este edificio inaugurado en 1888 y cuya recuperación, así como la revisión de las condiciones de acopio de sus piezas, consideran «urgente». Apuntan a una rehabilitación «moderadamente actualizadora en algunos aspectos materiales y técnicos» que, justifican, «no sería incorrecta ni menoscabaría en absoluto el valor cultural del mismo, con innumerables experiencias restauradoras que lo acreditan», poniendo como ejemplo la Catedral de Oviedo. Es decir, «que el edificio pase a incorporarse al presente sin llegar a renunciar o a perder su raíz y su condición histórica».
El proyecto original de restauración, redactado en 2013 por la arquitecta Clara Rey-Stolle, planteaba la recuperación del estado original del edificio «con rigurosa fidelidad a los materiales y acabados de dicho origen». Con este objetivo arrancaron las obras, paralizadas a principios de 2015 por la empresa adjudicataria MC Conservación y Restauración S. L., cuando apenas se había ejecutado en 27%. La cubierta quedó desmontada, con diversos materiales metálicos del kiosco repartidos por el propio recinto de la obra y dos almacenes municipales, uno de ellos en Olloniego.
Así sigue a pesar de que tres años después, en 2018, el Ayuntamiento quiso retomar la actuación y encargó a los arquitectos Cosme Cuenca y Jorge Hevia el modificado de proyecto básico y de ejecución, para sacarlo de nuevo a licitación. Entonces, se ciñeron al proyecto redactado cinco años antes para garantizar la validez del informe favorable del Consejo de Patrimonio Cutural al tratarse de un edificio protegido en el Catálogo Urbanístico de Oviedo. Ahora los redactores apuestan por esa actualización en lugar de ceñirse a una intervención más purista, incorporando materiales más ligeros y la modificación de técnicas de recuperación «para la puesta en servicio del mismo a un coste socialmente asumible».
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Más cambios
Este no es el único cambio propuesto al equipo de gobierno por los redactores del plan en cuanto a las ocho edificaciones del Campo. Precisamente, por afectar al kiosco de la música, los arquitectos recomiendan la eliminación del edificio del Pavo Real, para «recuperar el espacio libre del entorno como era originalmente» o, como alternativa, la reforma de dicho pabellón, para evitar el «adosamiento» a la construcción de De la Guardia. Entretanto, y dado que el Pavo Real está cerrado desde 2018 -el alcalde, Alfredo Canteli, aspira a convertirlo en un restaurante de referencia-, el plan director advierte de la necesidad de realizar labores de mantenimiento para evitar su deterioro por la falta de actividad.
Otras modificaciones incluidas en el extenso documento se refieren a la eliminación del árbol anexo a la biblioteca de La Granja, donde se proyecta instalar baños públicos en la planta interior, así como añadir más iluminación y cámaras de vigilancia para evitar las frecuentes pintadas en el edificio; buscar una solución para el armario metálico adosado a los transformadores eléctricos diseñadas por Joaquín Vaquero Palacios en 1939 y que están en servicio; o la renovación del aguaducho, prevista por el Ayuntamiento para antes del verano.
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Presentan buen estado general, en cambio, el edificio del palomar, utilizado como dependencias del servicio de jardinería y que «se desarrolla en torno a una torre palomar que concentra el carácter del edificio»; el quiosco de la Chucha, «con un aspecto aceptable y apto para el uso debiendo simplemente instalar a su mantenimiento como elemento tradicional del parque»; y El Escorialín, la pequeña oficina de turismo en la esquina con Fruela y Marqués de Santa Cruz de 1958 y que fue rehabilitada tras la caída de un árbol en diciembre de 2017 con el paso de la borrasca 'Bruno'.
El plan director del Campo, en manos del Ayuntamiento, necesitará la autorización de Cultura al tratarse de un Jardín Histórico. Enumera diversas mejoras, como la incorporación de vegetación y fauna, la eliminación de caminos, al arreglo de fuentes y esculturas, y del mosaico del paseo de los Álamos o un plan de usos que recomienda evitar actividades que obligan a la circulación de camiones pesados.
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