«Queremos aprovechar el espacio frente al Centro Cívico para organizar eventos»
«Tras las obras, cada hostelero necesitará una inversión de 60.000 euros por cada terraza; pero esto es puerta grande o enfermería»
El tramo de la avenida de Galicia comprendido entre el Campo San Francisco y la plaza de América, unos doscientos cincuenta metros, se someterá a ... obras de reurbanización para convertirse en un bulevar en Oviedo. Uno de los referentes de la calle es La Oveja Negra, cuyo propietario es Rufino Alonso Álvarez, 'Rufo'. (Mieres, 1973). Se sienta en la terraza del negocio con un café y le cuesta contestar sin interrupciones. Todo el mundo le conoce, todo el mundo le saluda. Y para todos tiene buenas palabras y una sonrisa. Es un relaciones públicas nato que tras foguearse en la noche desde muy joven, estudiar Relaciones Laborales y estar al frente a cinco negocios, ahora se centra en «el 'corner' privilegiado» de la plaza de América con la avenida de Galicia. Habla del proyecto municipal que viene, que permitirá tener una calle «más despejada», sin los toldos, y con el que aspiran a consolidarse como zona hostelera de referencia. Más que consolidarse, lograr un «equilibrio» y atraer a gente en una ciudad, dice, «basculada» hacia El Antiguo y Gascona. Para ello, cuando los obreros se marchen y recuperen la tranquilidad, tienen más proyectos sobre la mesa, como organizar eventos en la plaza entre el Centro Cívico y los Juzgados. Oviedo, considera, está «chispeante» y tiene muchas posibilidades.
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–Es mierense de nacimiento. ¿Cómo acabó en Oviedo?
–Por motivos de trabajo de mi padre, que trabajaba en las oficinas centrales de Hunosa, con el tema de informática. Vinimos a vivir a la zona del antiguo campo del fútbol, del Tartiere antiguo, así que El Cristo fue mi vida de crío; aunque sigo muy vinculado a Mieres.
–Y ya siendo muy joven, comenzó a trabajar en bares.
–Hice Relaciones Labores, acabé con un Erasmus en Portugal, y también de becario en Hunosa. Pero siempre me gustó poner copas por la noche y de un día para otro dije 'voy a montar un bar'. Empecé en Vallobín, con un bar de picoteo, vinos...
–Y de ahí.
—A la Ruta de los Vinos, que tuvimos dos. En Manuel Pedregal montamos una taberna pequeñita y el asador de chuletas.
–Y luego para la avenida de Galicia.
–A la vez abrí esto. Llegué a tener cinco negocios, cuarenta y dos trabajadores. Otro fue el de la Catedral, donde está el Reloj de Porlier. Por avatares de la vida, hice el cuartel general en la avenida de Galicia. Vamos a hacer ahora, en noviembre, veinticuatro años. Cogí los dos y es un 'corner' privilegiado de Oviedo. Tendremos unos 300 metros cuadrados.
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–Y ahora la calle se someterá a obras para convertirse en un bulevar.
–Cuando llegué aquí ya sonaba un rumor de que esta calle tenía que ser peatonal, querían soterrar el tráfico desde Toreno hasta aquí... Todo eso se paró, pero parece que ahora ya sí o sí, no hay vuelta atrás.
–¿Les gusta el proyecto?
–Va con un colector, una mediana, quitarán las plazas de aparcamiento y ensancharán la acera y sobre todo, quitarán el efecto túnel de los toldos que hay ahora mismo y es lo más feo. Eso no nos gusta ni a nosotros ni al Ayuntamiento ni a los vecinos.
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–¿Cómo van a corregir eso?
–Las terrazas van a ir más desplazadas de las fachadas. Va a quedar todo más despejado.
–¿Temen lo que puede suponer meterse en unas obras?
–Es como cuando cambias el parqué de casa y tienes que ir a vivir con tu suegra dos meses (ríe). Luego cuando vuelves ya tienes todo nuevo. Esperemos que sea rápido. La actividad se va a mantener igual. Aguantaremos el traqueteo de las máquinas, el polvo y poco más.
–¿Hay algo que echen en falta del proyecto?
–Lo ideal sería soterrarlo, pero eso es una obra faraónica. También sería una utopía un solo carril en cada sentido; para descargar y mudanzas, no puede ser.
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–¿Han hablado entre los hosteleros de unificar las terrazas?
–Al final, quedamos en que es mejor hacer algo muy digno, engranado, pero que cada uno tuviese su personalidad, sin diferir mucho en los colores. De hecho, ya vimos lo que pasó en San Mateo, que con todas las casetas iguales queda muy aburrido. Mantendremos unos mínimos pero luego cada uno lo que vea.
–¿Van a tener que afrontar mucha inversión?
–Sí, el que lo quiera hacer bien, porque no se trata de poner cuatro mesas de publicidad, una media de 60.000 euros. Pero esto es puerta grande o enfermería, hay que hacerlo.
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–Comentaba el dueño de Caprichos, el hostelero Juan Acinas, que el modelo a seguir era Gascona.
–Lo que creo es que va a ser importante para que no se polarice la ciudad hacia el casco histórico y Gascona, porque está muy basculada hacia esa zona. Ahora, con esta obra y la plaza de toros, Oviedo logrará mayor equilibrio. De hecho, hay un proyecto realizado con el Centro Cívico.
–¿En qué consiste?
–Ya tuvimos varias conversaciones con el responsable y sería para aprovechar ese espacio entre los Juzgados y el Centro Cívico y hacer algún evento, como la fiesta de la cerveza. Serviría para desplazar la gente hacia esa zona. Es un proyecto chulísimo.
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–Para eso, ¿se van a constituir en asociación?
–Ya hay unas bases, que era el Distrito Gourmet. Pero bueno, para poner a los chigreros de acuerdo siempre es complicado, y aquí hubo muchos cambios de locales.
–Oviedo ha dado esta semana el relevo de la Capital Española de la Gastronomía a Alicante. ¿Qué balance hace usted?
–Este año fue muy bueno. No sé si fue mezcla el tema de la capitalidad, el calor que hizo en otras partes de España, de la llegada de los trenes... Espectacular hasta el final, incluso las navidades. Y cada verano va para arriba, no se parece en nada a los veranos de cuando empecé. Hay una diferencia de un 60 o 70% de más gente.
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–Y sigue creciendo.
–Todos los años decimos que va a ser peor y luego tira para adelante. Sí me preocupa el tema de la subida de precios. Todo requiere un coste, desde las horas de los trabajadores a otras cosas... La hostelería está abocada a subir los precios para mantenerse. Hasta ahora se contuvo, no es una comunidad autónoma con los precios elevados, pero para sustentar todo lo que viene no va a quedar otra.
–¿Está profesionalizada la hostelería ovetense?
–Hay que dar un paso más atrayendo a profesionales al sector. ¿De qué manera? Dignificando la profesión y que trabajen como un policía o un ATS.
–Tienen dificultades para encontrar personal.
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–Es una profesión fastidiada, pero ya fue cambiando mucho.
–¿Cómo ve Oviedo?
–Pues la verdad que lo veo fenomenal, chispeante.
–¿Chispeante?
–Sí, como decía el de 'La máscara'. Tanto en Navidad como en otras épocas, a ver si se soporta económicamente este folclore. Hay mucho más que hacer, porque queda mucho recorrido.
–¿A qué proyectos concretos se refiere?
–Al tema del Naranco le veo mucho recorrido, sin tocarlo. Con el tema de bicicletas, recorridos... Tenemos la tarjeta de crédito entera en muchas zonas de la ciudad. Oviedo tiene mucho recorrido, hay mucho por vender.
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–Es un relaciones públicas nato..., ¿nunca se plateó meterse en política?
–Nunca voté en mi vida, así que imagínate. Nunca me chispeó ningún político.
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