El rector confía en recibir a la «vuelta del verano» los estudios para el campus del viejo HUCA

La operación, como reconoce el rector, es «una gran apuesta» por la capital asturiana, pero al mismo tiempo es «muy compleja». «No es complicada; pero desde luego es uno de los retos más ambiciosos que tiene la Universidad de Oviedo con la ciudad».

La mejor palabra para definir este proceso la puso encima de la mesa el presidente del Principado, Adrián Barbón. «Es un tetris» que anunció en sede parlamentaria en septiembre de 2022 con el objetivo de solucionar dos de los problemas históricos que hay en la capital. Por un lado, las facultades de Ciencias, Educación y Formación al Profesorado –ambos se ubican en el campus de Llamaquique– e Ingeniería de Software –en Los Catalanes– abandonarán sus sedes para pasar a ocupar los tres edificios del antiguo HUCA, ganando así el espacio que ahora no tienen y modernizándose. Su hueco será ocupado por las sedes judiciales que se aglutinarán en los alrededores del Palacio de Justicia de la plaza Eduardo Gota Losada, dando así cumplimiento a una petición de muchos años de los agentes judiciales que cada día sufren los inconvenientes de la dispersión de sedes.

Pero antes de culminar este puzzle se deben dar varios pasos. La Tesorería General de la Seguridad Social (TGSS) es la propietaria de los tres edificios del viejo HUCA que se convertirán en facultades. En noviembre, el rectorado envió la documentación para su cesión y el Estado se dio un trimestre para contestarles. La siguiente notificación que llegó a la capital asturiana fue en enero y había un problema. La Universidad no sólo quería los inmuebles; también los espacios que les dan acceso y tuvo que enviar nuevos papeles. Ahora están a la espera de respuesta «Seguimos trabajando al ritmo que teníamos previsto. Ya hemos trasladado y solicitado toda la documentación que necesitada la TSGG para poder continuar con el trámite de la cesión de espacios», según subrayó Villaverde.

Nada de estos planes se puede hacer si el Ayuntamiento no da el visto bueno. Las relaciones entre el rector y el alcalde, Alfredo Canteli, no son buenas por culpa del traslado de la Escuela de Minas a Mieres. Sin embargo, ambos líderes mantuvieron unas semanas una reunión para «presentarles el proyecto» y «el proceso que vamos a seguir» y fue un encuentro «muy cordial», según reconoció ayer Villaverde. «Todas las administraciones estamos muy alineadas dando una serie de pasos administrativos que requieren su tiempo; algo que ocurre con todos los expedientes para hacerlo bien».

Después llegarán las reformas. Los tres edificios presentan daños importantes debido a los continuos saqueos porque no tienen vigilancia privada. Una situación que hace imposible calcular el coste que supondrá su reconversión, aunque se espera millonario. Otro de los interrogantes que quién pagará estas obras. El rector ya ha advertido en más de una ocasión que no tienen capacidad económica para hacerlo y desde el Principado no ha habido una comunicación pública. Sin embargo, ayer Villaverde ya dio un paso más: «Tengo la esperanza de que podamos inaugurar la ampliación del campus del Cristo antes que tarde».