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Seis obras simultáneas en la Catedral
Los cinco retablos de la girola se rehabilitarán a la vez que la capilla de los Vigiles | El deán confía en que los trabajos de mejora, cuyo coste asciende a 590.000 euros, estén listos para el próximo verano
ROSALÍA AGUDÍN
OVIEDO.
Sábado, 16 de noviembre 2019, 01:22
Veintidós años. Este es el tiempo que ha pasado desde la puesta en marcha del Plan Director de la Catedral de Oviedo, redactado por los arquitectos Cosme Cuenca y Jorge Hevia, pero las obras aún no han acabado. Tras estar paralizado el plan durante un lustro, ahora el templo ha recobrado con fuerza la actividad, en cuanto a mejoras se refiere.
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Este mismo lunes arrancará la esperada rehabilitación de la capilla de los Vigiles, del siglo XVI, que coincidirán en el tiempo con la restauración de los cinco retablos de la girola: San Pedro, San Pablo, Transfixión, San Andrés y San Bartolomé. Unas obras que en total asciende a 590.0000 euros. El deán, Benito Gallego, confía en el que el próximo «verano» el templo luzca como nuevo.
Los retablos, ubicados en la parte posterior del altar mayor, son obra de José Bernando de la Meana, del siglo XVIII, y nunca, hasta el momento, fueron objeto de mejoras importantes. Solo, algunas reparaciones para tapar los desconchones.
Cinco son los restauradores que se encargan de devolver el esplendor a los retablos: Jesús Puras, Pablo Klett, Luis Suárez Saro, Natalia Díaz-Ordóñez y Paula Sánchez Ablanedo. Cada uno actúa en una capilla y eliminarán los daños ocasionados por las humedades. Los trabajos en tres de ellas ya han empezado, en las otras dos arrancarán en enero.
Hallazgo
Las primeras intervenciones están dando ya sorpresass: «En el retablo de la Transfixión hay una tabla del siglo XVI. Es anterior a su cronología (siglo XVIII). Ahora está pendiente de estudio y de asignar autor».
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En la capilla de San Pablo también ha habido descubrimientos, aunque Díaz-Ordóñez no los quiso desvelar: «Lo primero que hemos hecho es eliminar el polvo y la suciedad. Son muchos años de acumulación y mi capilla se ha visto afectada por la humedad. El oro y el agua son bastante incompatibles y producen alteraciones grandes», detallo mientras Suárez apuntó que la suya al estar situada en el medio, tiene «menos problemas de filtraciones».
Al Plan Director aún le queda una obra más para su conclusión: la restauración de las vidrieras del sur. Para el deán, esta joya, que consta de veinticuatro cristaleras góticas y donde están representados diversos santos, obispos y a la Virgen con el Niño y la Cruz de los Ángeles, tenía al principio un mejor estado de conservación que la «zona norte». Es por ello que estos trabajos se «priorizaron» pero ahora requiere una intervención. Le corresponde afrontarlas al Ministerio de Cultura.
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