Trubia dedica una plaza a la fundadora de Industrias Doy, una mujer «pionera y valiente»
Eudoxia León Muñiz fue empresaria en el sector de la industria minera en un momento en que las mujeres «no podían firmar»
Eudoxia León Muñoz, la fundadora de Industrias Doy, ya tiene una plaza en Trubia, en la confluencia de las calles Aranjuez y la Avenida Soto Mayor. Un merecido homenaje a «una mujer inteligente, trabajadora y valiente que merecía este y otros mil homenajes debido a su gran labor que quedó oculta por la sociedad de la época», explicó el alcalde Alfredo Canteli.
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En la fría mañana del viernes, más de un centenar de personas –entre ellos, sus hijos Celestino y María Fernanda Morate– se congregaron para recordar a 'Doy', como era conocida', que dejó una honda huella en la industria minera y siderometalúrgica.
Su nieto, Misael Morate, tomó la palabra para agradecer la iniciativa en honor de su abuela, a la que apenas conoció, pues ella falleció cuando él tenía solo tres años. «El esfuerzo de mi abuela, como el de cualquier persona que cree en algo y lucha por ello, necesita apoyo. En nuestra familia, Eudoxia siempre ha sido admirada y respetada, y por eso agradecemos que el alcalde haya hecho posible este gran sueño que llevaba décadas en nuestras mentes y que hoy por fin se ha hecho realidad», expresó emocionado.
Eudoxia León nació en 1898 en La Rebollada, se casó con el ginecólogo Manuel Morate y tuvo 6 hijos. Fue a la escuela hasta los 12 años e inmediatamente su padre Celestino León la puso a trabajar en una tienda de ultramarinos. «Parece ser que la niña era muy espabilada, lista como ella sola», relató su nieto. Dio comienzo a su espíritu emprendedor con la explotación de la mina de carbón El Salvador, en Quirós, en 1931. «Tuvo a su nombre más de 20 concesiones de explotaciones mineras; el lavadero de carbón El Xagarín». En ese momento, decidió que ese carbón que venía de la explotación de las minas de Quirós debería llegar en vagones hasta Trubia «para obtener del mismo el preciado cok, así como otros derivados del carbón, desde alquitranes a naftalinas, muchos de los productos indispensables en la industria siderometalúrgica. De esta manera, en 1948 fundó Industrias Doy, su gran obra, con la herencia de su padre y un préstamo bancario», relató. Una empresa que 80 años después sigue siendo «una gran benefactora de Trubia» bajo otra dirección.
La firma de un hombre
Morate incidió en las dificultades que enfrentó su abuela en una época en la que las mujeres tenían un acceso limitado a la toma de decisiones en el mundo empresarial: «A pesar de las restricciones legales que le impedían firmar documentos oficiales, contó con el apoyo de su esposo, el ginecólogo Manuel Morate, quien firmaba en su nombre», dijo. «Fue una pionera en su campo, desafiando las normas establecidas y abriendo camino para futuras generaciones», agregó e invitó a todos a ponerse «por un momento, en la industria minera asturiana de los años 1940 y 1950, e imaginar a una mujer pequeña y fuerte, envuelta en tamaña empresa, bajando a la mina e impartiendo órdenes a unos y otros, mineros, capataces y encargados y tomando decisiones empresariales de importantísimo calado».
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El alcalde concluyó que «no podía haber mejor ubicación para la placa que en Trubia». A continuación sonó 'Santa Bárbara Bendita'.
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