Un curioso y pragmático mundo bajo carpa
En el backstage. ·
Un engranaje que funciona de forma milimétrica crea la magia de 'Kurios', que este viernes se estrena en GijónEstá la magia de lo onírico, de la irrealidad y el embelesamiento al que conduce el circo; están todas las curiosidades que esconde 'Kurios', el espectáculo de Cirque du Soleil que este viernes 11 de julio se estrena bajo la carpa instalada en la avenida de Albert Einstein de Gijón para quedarse hasta el 17 de agosto, y que conducen a la revolución industrial, a la estética steampunk, al todo es posible con la ciencia y el empeño como aliados; está toda la magia que hace posible que no se pierda una sola prenda entre las ocho mil piezas –dos camiones enteros– que manejan en el departamento de vestuario, y está el encaje de bolillos para colocar en hoteles y apartamentos a las 120 personas de 31 nacionalidades que están en gira, para organizar ensayos, comidas, para montar y desmontar y alzar el inexistente telón cada noche.
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Tras el Cirque du Soleil que el público aplaudirá en su estreno hay una multinacional del espectáculo curtida en mil batallas que se las sabe todas para hipnotizar las miradas y para que todo funcione como un reloj en toda la pragmática que alienta y alimenta el más difícil todavía.
A las once de la mañana los acróbatas del número Acro net entrenan bajo la carpa. Hace falta que estén muy coordinados para hacer realidad un número que es único, que no se hace en ningún otro espectáculo y que surgió de casualidad. Una red de seguridad rebotaba más de la cuenta y se decidió hacer del defecto virtud, llevarlo al extremo y poner a los acróbatas a saltar sobre ella hasta las alturas. Más que casualidad es fruto de la constante creatividad de un equipo artístico que no para de pensar qué hacer y de qué manera emocionar. La emoción es, a decir de Michael Smith, director artístico de este espectáculo, lo que mueve todos los shows, que cada espectador habrá de sentir y entender de una manera diferente. Hay una historia, un hilazón, pero más allá de eso ese sentimiento.
En 'Kurios' la peripecia narrativa parte de ese tiempo de revolución industrial en el que afloraron los gabinetes de curiosidades y al hilo de ellas se ha creado una espectacular escenografía que obedece a esa estética industrial. Es impresionante lo que se ve mientras los números circenses se hilan y se suceden en aras de contarnos un viaje que concluye con una maleta que está vacía de elementos pero repleta de vivencias. Así lo ve Smith, así lo siente este hombre que vivió la España de los ochenta, viene del teatro y lleva ya décadas enganchado al circo.
La música en directo que ejecutan siete músicos siempre atentos a lo que pasa en el escenario acompaña ese devenir grácil y siempre bello, pulcro, elegante, que acontece entre contorsiones, equilibrios, saltos al vacío y demostraciones de fuerza, también con el humor como perfecto aliado. Lo que no ve el público es un engranaje que funciona al milímetro, que requiere de 25 técnicos y en el que se emplean 467 elementos de utillería. Es el espectáculo del Cirque du Soleil que hoy aterriza en Gijón el que cuenta con más volumen de elementos de este tipo, entre los que se incluye una mano mecánica que requiere de dos artistas para que se pueda mover.
Hay un mundo paralelo que habla múltiples idiomas, que se nutre de culturas diferentes y de un mismo amor al arte, al que se suman 150 trabajadores locales. Una forma de vida que engancha. Eso le ocurrió a Mar González, la jefa de vestuario, que hace una década empezó a trabajar en Gijón y ya no ha soltado la maleta. Y eso que el trajín es inmenso, que de la mañana a la noche hay gente dándole al hilo y a la plancha, arreglando un sombrero, cosiendo un traje, lavando las prendas... Así nace la fantasía.
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