Monedero dice que Iglesias ofrecerá a Sánchez «la vicepresidencia de un gobierno de cambio»

Juan Carlos Monedero, cofudador de Podemos, domina el escenario. Sabe qué teclas pulsar para conseguir de forma natural que los asistentes, entregados de antemano, se enciendan. El día ayudaba ayer en Oviedo, con un intenso sol que dio brillo a un acto en el que Podemos demostró que detrás de lo que trata de parecer una marea ciudadana hay una amplia organización. Por eso mismo, Monedero ofreció antes de su intervención un pequeño resumen a la prensa que, con su experiencia como profesor, resultó un ajustado esquema de su larga intervención posterior.

El resumen es sencillo: Unidos Podemos «se encamina a los siete millones de votos», esto es, al 'sorpasso' del PSOE, así que la única opción para gobernar sería que Pablo Iglesias fuera presidente y Pedro Sánchez, vicepresidente de un Gobierno de coalición progresista. Viene a ser un 'ríndase, señor Sánchez' encaminado más a hacer caer del lado de Unidos Podemos los votos de esos muchos votantes que dudan entre la coalición de Iglesias y el partido de Sánchez.

En la imagen de confianza en sí mismo está a veces la clave del convencimiento del indeciso, y por eso Monedero dijo que tras el 26-J «Pablo Iglesias le va a decir: Pedro, vamos a hacer un gobierno de cambio. A mí me corresponde la presidencia porque tengo más votos y a ti la vicepresidencia, atrévete».

Es un 'atrévete' con más enjundia de lo que parece a primera vista. Monedero se encargó de recordar la situación de debilidad interna de Pedro Sánchez en su partido, al rememorar que el 28 de diciembre el comité federal del PSOE le impidiese pactar con la formación morada. Así, presentó casi paradójicamente un acuerdo con Podemos como única solución para su propio liderazgo entre los socialistas. Es más, ante la permanente apelación de Pedro Sánchez a los votantes socialistas para que abandonen el desencanto y voten, Monedero instó al candidato del PSOE a que «les digas claramente que va a haber un gobierno con Podemos, para que se les quite la tristeza». En su opinión, no se trata solo de la política española, sino que ahora «es el momento de lanzar un mensaje a Europa y al mundo de que es posible una política diferente y nos gustaría que el PSOE nos ayudara».

Su intervención ante militantes y simpatizantes (cerca de un millar, algunos de los cuales se situaron en el césped en pendiente alrededor del paseo del Bombé, en el parque de San Francisco) tuvo algo de ideología, bastante de espectáculo y mucho de referencias al pasado, para pedir unidad de las fuerzas progresistas frente a «aquellos que volverían a fusilar a Federico García Lorca o encarcelarían a Valle-Inclán si publicase hoy 'Luces de Bohemia', aplicándole la ley mordaza».

Por lo demás, Monedero trató de ensanchar la base social de Unidos Podemos desde el comunismo, haciendo guiños a los muchos viejos comunistas que había entre la audiencia y recordar anécdotas de un Santiago Carrillo cercano y ocurrente, hasta el catolicismo progresista, al asegurar que «este Papa nos está saliendo bueno. Ha llevado a Dios al otorrino, porque no escuchaba la voz de los pobres», y es «amigo de los curas obreros y de la teología de la liberación». Para no dejar cabos sueltos, Monedero admitió que en la actitud del Papa hacia las mujeres y el feminismo «aún hay que mejorar, pero a Galileo le costó 300 años».

«Risa, miedo y pena»

Pese a la invitación al pacto con los socialistas, Monedero les situó también en el ojo de la diana a la hora de hablar de la competencia electoral. Así, aseveró que «Ciudadanos da risa, el PP da miedo y el PSOE da pena». De Ciudadanos cargó muy específicamente contra Albert Rivera por presentar en su video promocional a un remedo de Pablo Iglesias pasado de cervezas y en la esquina de un bar. «Rivera, cuando tengas los estudios, los libros publicados y el respeto que tiene en Europa Pablo, hablas». Y también contra el responsable de temas económicos de Ciudadanos, Luis Garicano, «que viene de Fedea y de Liberbank para controlar que nada se desmadre». Porque, en opinión de Monedero, Ciudadanos es «la muleta del PP por si se hunde». Del PP, precisamente, aseguró que da miedo y dio un repaso somero por los casos de corrupción con populares implicados, con un dardo especial contra el ministro del Interior, Jorge Fernández Díaz, porque «habla mal de la Guardia Civil cuando persigue a los sinvergüenzas que nos están robando», o contra el portavoz popular, Rafael Hernando, que «se molesta porque un juez demostró que el PP pagó en negro las obras de su sede».

Y la pena que atribuyó al PSOE la justificó en la situación interna de Sánchez y en la pugna que mantienen los socialistas con Podemos por el uso de los términos «socialista o socialdemócrata». Ahí, Monedero afirmó que «no bastan las etiquetas», sino que hay que fijarse en las obras, y el PSOE «es el partido que cambió el artículo 135 de la Constitución para dar prioridad al pago de la deuda sobre las personas o el que cierra las empresas públicas».

«Más allá del 26-J»

Mucho más serio estaba el candidato de IU, Manuel González Orviz, quien aseveró que «esta coalición tiene que ir mucho más allá del 26-J», con «cuatro objetivos: la regeneración de la política, la recuperación económica, acabar con la desigualdad social e incorporar a Asturias a ese modelo de recuperación económica con derechos». Para esta tarea, «el único adversario son el PP y sus políticas». Orviz prevé que Unidos Podemos y el PSOE sumen «176 diputados», por lo que instó al socialista Javier Fernández, presidente del Principado, a que «no utilice el 'no pasarán' contra nosotros», recordándole que «si gobierna, es gracias a nuestro apoyo».