Javier Fernández: «Tengo una preocupación enorme por los asturianos que están en lugares con mucha vulnerabilidad»

Tenía que haberla recibido el año pasado, pero la pandemia mundial impidió la celebración. De hecho, la covid ha seguido muy presente en el acto, ya que se tuvo que realizar con aforo reducido en la Colegiata San Juan Bautista de Gijón y sin la presencia de los representantes de los centros asturianos del exterior, que no pudieron viajar a Asturias. Pero, rodeado de los suyos y de manos de su sucesor, Adrián Barbón, el expresidente del Principado Javier Fernández recibió este mediodía la Carabela 2020.

El máximo galardón que otorga la Federación Internacional de Centros Asturianos (FICA) y que pensaron en el expresidente socialista «por su apoyo a la emigración asturiana».

Así lo destacó el presidente de la entidad, Manuel de Barros, que agradeció poder celebrar un acto «que si no para darnos un abrazo, sirve para mirarnos a los ojos». Un acto retransmitido en directo por YouTube «para todos los que no han podido venir».

Porque, como resaltó el homenajeado, «pensamos que en todos los países se ponen las vacunas como aquí, y eso no es verdad. Hay asturianos que están en lugares con mucha vulnerabilidad y la preocupación es enorme».

Javier Fernández, que se mostró muy emocionado durante todo el acto, reconoció antes de empezar que este año lo ha vivido «como todos, con una sensación de un tiempo que no se recupera, sobre todo a determinadas edades, son años que pierdes, pero, qué se va a hacer». En su opinión, la pandemia «resultaba tan inimaginable hace unos años, como inevitable ahora mismo. No queda otra que adaptarse, atender a lo que digan las autoridades sanitarias y vacunarse».

Fernández fue glosado por el también expresidente asturiano Antonio Trevín, quien hizo un recorrido desde el momento en el que «yo era presidente y él director general de minas», hasta cuando las tornas cambiaron «y como alcalde de Llanes le tuve que visitar a la Consejería Industria, Turismo y Comercio. Situó Trevín a Fernández como el «pacificador» de un PSOE que vivió «su época más convulsa en el año 2000, con un partido que se enfrentó a su Gobierno y aprobó, junto con el PP, la Ley de Cajas». Con la llegada de Fernández a la secretaría de la FSA, señaló Trevín, «llegó el sosiego» que pidió no confundirse «con la paz de los cementerios».

Unas palabras que aplaudió el actual líder socialista, Adrián Barbón, quien cedió a Fernández «el cierre del acto, porque es de justicia». Barbón recordó que, en el balance de sus dos años de mandato, EL COMERCIO le preguntó si se arrepentía de haber sido presidente en estos años de pandemia, «y dije que no. Pero lo que no dije es que yo no elegí ser presidente en esta situación. Tenía que optar por rendirme o seguir adelante. Pero Javier Fernández sí eligió ser presidente en uno de los momentos más duros de Asturias, en plena crisis económica».

Además de resaltar el paso adelante de Fernández, Barbón añadió que «en contra de lo que hicieron otras comunidades autónomas, recortar tras sufrir los recortes del Gobierno del PP, Asturias siguió invirtiendo en sanidad, con la apuesta por el nuevo Hospital Universitario Central de Asturias (HUCA) y en educación. De ahí que, mientras otros tenían problemas para las PCR al inicio de la pandemia, Asturias fuera un modelo, al tener el mejor laboratorio de virología, el del HUCA».

Durante el acto, además de la covid, Cuba otro de los nombres propios más pronunciados. Manuel de Barros pidió «ayuda urgente para los asturianos que están en Cuba», una población hacia la que todos mostraron su «apoyo incondicional». En esa línea, Adrián Barbón anunció la puesta en marcha «de la oficina del retorno, para facilitar todos los trámites a los asturianos que quieran regresar».

Unos asturianos de los que Javier Fernández destacó «una asturianía, una fuerte identidad con unos vínculos que no nos unen contra nadie».

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