«Miro hacia delante, toca representar a Foro y hacer honor a los colores»

El de ayer fue uno de esos actos en los que probablemente una imagen valga más que mil palabras. Más de un año después, la actual dirección de Foro y uno de los principales bastiones del sector afín a Francisco Álvarez-Cascos, Isidro Martínez Oblanca, comparecían juntos ante los focos de la prensa. Se buscaba la foto que pusiera fin a unas desavenencias que se mantuvieron casi hasta el final. No hay que ir muy lejos, hasta octubre, para encontrar afirmaciones en las que Oblanca afirmaba que «estaría muy honrado de estar entre los laminados por esta Comisión Directiva».

Esta semana todo cambió. Un encuentro entre la presidenta de la formación, Carmen Moriyón, y el diputado, rebajó la tensión y facilitó que las aguas bajen un poco más tranquilas. De ese encuentro no quiso hablar ayer, pero, preguntado por ello, Martínez Oblanca abrió su libreta de anotaciones y leyó: «Carmen Moriyón se alegra de corazón de que la vuelta a la normalidad sea lo antes posible». Solo faltaba la percha para hacer público este nuevo giro interno en Foro en el que uno de sus díscolos cambiaba de bando. La actualidad se lo puso en bandeja: la firma el viernes del acuerdo regional en el seno de la Alianza por la Industria. Además, este ámbito, el de la industria, es uno de los principales campos de batalla de Martínez Oblanca en su labor como parlamentario en el Congreso.

En poco más de media hora que duró la comparencia hubo tiempo para elogios mutuos: «Agradezco a Adrián Pumares el trabajo en materia de industria y su apuesta personal por alcanzar acuerdos en una materia que es vital para Asturias», dijo Oblanca; «Tenemos un aprecio mutuo, es positivo y refuerza la acción de Foro», añadió Pumares.

La entonación del 'mea culpa' se la quedó Martínez Oblanca. Él fue quien asumió «la parte que me toca, mis contradicciones y que no he sido blando en mis críticas hacia la presidenta de mi partido». Sobre su vuelta a los órganos de dirección, de los que forma parte, el diputado subrayó que «no voy a ser un obstáculo para normalizar la relación con el partido puesto que soy el principal beneficiario». En este punto recordó que «estoy solo en el Congreso y se agradece estar arropado por los compañeros de partido y de la dirección». Aquí, Adrián Pumares, le echó un capote: «En una situación política protagonizada por la posverdad, que Martínez Oblanca asuma las contradicciones que todos podemos tener es digno de elogio y de reconocimiento». A su juicio, y bajo esa sensación de que hoy empezase un tiempo nuevo -aunque sin verbalizarlo-, el secretario general de Foro elevó el encuentro de hoy a «una buena noticia para el Principado» porque al dejar «las luchas entre partidos a un lado» lo que se consigue es «favorecer la coordinación en beneficio de Asturias».

Sobre sus desavenencias con el fundador de la formación, Francisco Álvarez-Cascos, Martínez Oblanca se ciñó al guion previsto. No se salió ni un milímetro de lo que ya había comentado días atrás a LA VOZ DE AVILÉS. Se limitó a recordar que «sin él -al que conoce desde 1983- no podría haber hecho la carrera política que he realizado». No obstante, lamentó que las discrepancias internas en una formación se lleven al terreno judicial. «Es lo peor que puede pasar a un partido», señaló para añadir que «quiero ser respetuoso con las iniciativas que se están dirimiendo en los juzgados». De cara a facilitar este nuevo clima de entendimiento, el legislador había señalado ya el viernes que se había retirado de una demanda interpuesta por el sector casquista contra Enrique Lanza, uno de los apoyos de Carmen Moriyón dentro de la directiva.

A falta de abordar la situación de Pedro Leal -su otro diputado autonómico, expulsado del partido pero aún en el grupo parlamentario-, el cambio de posición de Isidro Martínez Oblanca, supone para Foro cerrar una de sus grietas. Aunque en el encuentro de ayer no hubo miradas, ni corrillos juntos, visibles para los periodistas, Oblanca sentenció: «Miro hacia adelante, toca representar a Foro y hacer honor a los colores».