Plantón a Daniel Ripa del resto de diputados de Podemos
Las otras protagonistas fueron las redes sociales del presidente, al que los portavoces criticaron invertir demasiado tiempo en ellas
No es habitual ver un Pleno en la Junta General con tan pocos diputados. Se estimuló, por protocolo covid, que el máximo serían 23. Pero, menos aún, en uno de estas características, pensado para el lucimiento de los portavoces, que estos, cuanto menos, no estén acompañados por alguno de sus compañeros de bancada. Sucedió. En las filas centrales. En los sitios que ocupa el grupo parlamentario de Podemos. Solo un diputado, que además es el secretario general del partido, Daniel Ripa, sin nadie con quien con comentar la intervención, sin nadie en quien buscar una mirada cómplice durante el discurso. No lo hizo Lorena Gil, la portavoz oficial, por encontrarse de baja. Pero tampoco lo hicieron los diputados Nuria Rodríguez y Rafa Palacios. En sendos casos, por desavenencias internas que quedaron el martes patentes con la dimisión de la diputada de sus cargos en la organización morada.
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Uno de los motivos de la discrepancia, y que llevaron a esa imagen de soledad, vendría causada precisamente por este debate y por quien debería de tomar los turnos de palabra. El grupo había acordado que Nuria Rodríguez debería intervenir hoy en la Junta, tras la baja de Lorena Gil, y que Ripa y el otro diputado, Rafa Palacios, lo hicieran el viernes. El secretario general dijo que no, que él consultaría al Consejo Ciudadano y que lo que decidieran lo acataría. El oráculo morado dictó que fuera Ripa quien ayer tomara la palabra. Al final, y en protesta por esta decisión, los otros diputados decidieron hoy dar plantón a su secretario general, al que cada vez le surgen más incendios internos en un partido acostumbrado a la tensión permanente.
En solitario, cual llanero por Fruela, Ripa lanzó un mensaje negociador, en línea con la reunión mantenida con IU la pasada semana en busca de posiciones de consenso. Barbón recogió el guante, no sin sorna, pidiéndole que «este año tenga el teléfono operativo y no como el año pasado que no le localizábamos y estuvimos a punto de llamar a la CIA».
Eso al presidente no le pasa. Con el teléfono, quizá, con las redes sociales, seguro que no. O ese creen el resto de portavoces, que uno tras otro -en su mayoría- poco menos que le criticaron por estar «enganchado» a Twitter. También de salir mucho en la tele. Lo que viene siendo, dicho en otras palabras, de gustarle la fama. Barbón, lejos de molestarse, les animó a seguir hablando de su cuenta en Twitter porque «cada vez que lo mencionan, subo en seguidores». De hecho, y aunque reconoció que un equipo le ayuda a gestionar sus cuentas, también señaló que la FSA le envía un reporte semanal con su evolución como 'influencer'. Por eso, quizá, los programas de la televisión que le citó la popular Teresa Mallada le sonasen a extraño. «Usted empezó con un 'Aló presidente', luego en 'Un, dos, tres', y ahora está en el 'Pasapalabra', le espetó.
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