El VAR amarga al Oviedo

La afición azul esperó 532 días para volver al Carlos Tartiere y vivió de todo. Primero ilusión con un equipo que deslumbró en algunas fases y se puso por delante en el marcador y luego viendo como se dejaba escapar esa ventaja en una segunda mitad en la que muchos jugadores parecían desfondados.

Los casi 6.000 espectadores que se dieron cita en el campo animaron como si fueran muchos más y estuvieron con el equipo hasta el final.

En la primera mitad, el equipo fue abnegado en el esfuerzo, vertical y rápido, con Jimmy al volante y un Viti que desbordaba, robaba y marcaba. Luego, en la segunda, poco a poco se fue difuminando hasta ceder el empate con un gol postrero de Joselu de penalti.

Ziganda apostó en el primer once de la temporada por tres de los nuevos fichajes, los tres defensas, Pierre Cornud, David Costas y Dani Calvo. En el caso de Costas era un regreso. Sin embargo, la principal novedad fue la presencia de Mossa como interior, El equipo estrenó en competición el nuevo dibujo, con Jimmy por delante de la defensa como ancla. En la alineación formaron cinco canteranos (Lucas, Jimmy, Javi Mier, Viti y Borja Sánchez), además de dos jugadores que pasaron por el filial (Pierre y Obeng).

El equipo azul comenzó con energía y apretando al rival en su campo. El juego era de poco control, pero los ovetenses salían victoriosos en los duelos y eso sacó los primeros aplausos de la grada, que después de tanto tiempo veía un equipo agresivo. Además a eso se unió que Borja Sánchez entró en contacto con el balón y de sus botas nacieron algunas jugadas de peligro.

Fue el propio Borja Sánchez el que primero pudo marcar, al no llegar, por poco, a un centro de Lucas desde la derecha. Luego lo intentó Javi Mier, con un disparo lejano que el portero repelió de puños.

Lo que pronto quedó claro es que el Real Oviedo de esta temporada es un equipo hecho para correr, cuando logra robar y sale rápido llegan los problemas para el equipo rival. La velocidad de Viti fue una de las armas de los de Ziganda, tanto en ataque como en defensa, ya que recuperó numerosos balones. Adolece, por el contrario, de pausa y otros recursos técnicos, salvó Borja Sánchez, para resolver cerca de la portería contraria.

Con el paso de los minutos el Lugo logró congestionar el centro del campo e impedir que los azules tuvieran espacios para correr. El partido entró en una fase de intercambio de balones largos y poco control.

Jimmy mandaba en el centro del campo y se asociaba bien, sobre todo con Javi Mier. Precisamente una acción de ambos ovetenses, acabó con el balón en poder de Jimmy que centró al área, Obeng remató desviado, pero Viti, muy atento, se hizo con el balón y encaró a Whalley al que batió por abajo. Se adelantaban los azules, que tardaron poco en hacer el segundo. Obeng, de forma poco ortodoxa, picó de cabeza un saque de esquina y batió nuevamente al portero lucense.

Cuatro minutos de acierto y fe fueron suficientes para que el equipo lograra una buena renta con la que finalizaría el primer tiempo. Los primeros 45 minutos fueron ´eléctricos´ por parte de los ovetenses, con intensidad y agresividad, lo que suplió en buena medida la falta de fútbol. Los aficionados disfrutaron con el equipo en su regreso.

En la salida de segunda mitad pudo llegar el tercero, con los mismos protagonistas de los dos primeros goles. Obeng centró y Viti llegó al primer palo, pero su remate salió desviado. Luego el lavianés volvió rozar el gol, en un nuevo remate desde el borde del área pequeña.

La ventaja en el marcador y el cansancio dio paso a otro tipo de encuentro en el segundo acto. Los de Ziganda optaron por algo más de posesión y más pausa en todas las acciones, buscando a Borja Sánchez, que no acababa de entrar en juego. Eso era suficiente para frenar a un Lugo, que empezaba a acercarse a Femenías, pero sin demasiado peligro para el meta azul.

El partido tenía el ritmo que interesaba a los locales, por lo que el técnico visitante fue el primero en mover en banquillo y realizó los cinco cambios en dos tandas. Entraron los exjugadores azules Señé y Joselu. Eso y que los locales se iban acomodando hizo que el campo se fuera volcando hacia el área local y el Lugo tuvo sus mejore minutos del partido.

Así fue como llegó el gol, tras un disparo lejano de Señé que no atajó Femenías, lo aprovechó Carrillo para marcar a placer. El juez de línea señaló fuera de juego, pero el VAR lo concedió.

Solo unos minutos después, de nuevo el VAR rectificó al árbitro, en esta ocasión para señalar un penalti por mano de Pierre. La pena máxima la transformó Joselu.

Un empate frustrante después del buen partido que habían hecho los azules.

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