Borrar
Lucas, junto a su madre Patricia y Julio, presidente de la Peña Azul Cadillac, con una pancarta colgada de la terraza del domicilio del joven aficionado. P. LORENZANA

«Los milagros existen, yo creo en ellos»

A golpes de fe. Lucas ha inspirado a toda la ciudad desde su balcón y Malc mirará a Burgos desde Oviedo: «En Michu confiamos»

MARÍA SUÁREZ

Viernes, 27 de mayo 2022, 01:38

Comenta

Desde hace semanas, no son pocos los balcones y ventanas que a lo largo y ancho del Principado presumen de sus colores, con banderas y bufandas azules que invitan a la ilusión. Sin embargo, si algún mensaje ha llamado la atención del oviedismo ese ha sido el de Lucas Tartiere (Oviedo, 2004). Más azul que su apellido, este joven carbayón supo ver que esta semana era más importante que nunca mantenerse en el barco y, por supuesto, no dejar de remar.

«Quería levantar el ánimo de los jugadores y me alegra muchísimo que les haya llegado. La pondré también en el Tartiere para que la vean desde el bus», explica emocionado por ver que su pancarta ha logrado arrancar esa sonrisa. La que hace falta para seguir creyendo. La misma que, por otro lado, no ha dejado de generar complicidad entre esta plantilla y una afición que ya ha retirado más de 6.000 entradas.

«Este club siempre ha tenido mala suerte en estas cosas y, por una vez, la carambola nos puede salir a nosotros. Creo que a la vez he conseguido un segundo objetivo y ese es igual de importante: levantar el ánimo de la gente. Es la última oportunidad y nos la merecemos como nadie», arenga el propio Tartiere.

«Al terminar el partido en Las Palmas nos consolamos unos a otros, como un equipo, aunque fuésemos desconocidos»

¿Su mensaje? Claro, conciso y tan sentido como cada una de sus palabras. «Este año nos toca, ¡sí se puede!», reza la pancarta colocada en su balcón. En un cuarto piso que tiene a sus pies la sede de la Peña Azul Cadillac. Con la ayuda de su madre, Lucas puso a la vista de todo el oviedismo un sentimiento que, para él, es una deuda adquirida con un equipo que ha logrado devolver la sonrisa a la afición. «Han logrado ilusionarnos y ahora nos toca a nosotros ilusionarles a ellos. Decirles que vayan con todo, que sí se puede. Los milagros existen, yo creo en ellos, y para eso está esta afición, para levantar a su equipo siempre», afirma convencido este carbayón de solo 18 años y una madurez impropia para su edad. «Así somos los oviedistas, siempre sacamos una gota de esperanza de cualquier cosa», bromea, al tiempo que reconoce la confianza puesta en el que ya denomina 'El milagro de Burgos'.

Ni la dolorosa derrota en Las Palmas ni el dejar de depender de uno mismo han supuesto un golpe definitivo para una afición que de ningún modo sabe de rendición. Ni siquiera los asturianos de adopción como Malcolm Hopkins se dan por vencidos. Este 'shareholder' conocido y reconocido por gran parte de la afición azul, viajó a Las Palmas representando al oviedismo más incondicional y no claudicó a la derrota. Solo unos días después estaba ya en Asturias cargándose de energía positiva para llevarla al Tartiere. «En el estadio de Gran Canaria la afición dio lo mejor de sí, pero no fue el mejor día del equipo. Todavía es posible, así que tenemos que intentarlo con fuerza y esperar que el destino esté de nuestro lado», explica el inglés.

Tras la derrota, consoló con un abrazo a una oviedista entristecida por el disgusto y después del partido, junto a otros dos carbayones, empezaron a pensar ya en positivo. Sobre todo, en un Burgos en el que el británico 'confía' especialmente. «In Michu we trust», bromea mientras disfruta de Cudillero y hace planes para el play off y el camino inglés a Santiago.

Publicidad

Esta funcionalidad es exclusiva para suscriptores.

Reporta un error en esta noticia

* Campos obligatorios

elcomercio «Los milagros existen, yo creo en ellos»

«Los milagros existen, yo creo en ellos»