Otra oportunidad dilapidada

La salida de los azules fue una exhibición de efectividad y además adornada con grandes goles, en especial el de chilena de Obeng y el obús de Carlos Isaac a la escuadra. Antes Borja Bastón había adelantado al equipo con su décimocuarto tanto de la temporada.

Después, el equipo reculó y no fue capaz de entender el partido que pedía pausa y calma. Y acabó viendo como los visitantes igualaban y podían incluso haberse llevado la victoria.

El partido ante otro aspirante a la zona de 'play off' dejó en evidencia el miedo a las alturas que vienen mostrando los ovetenses a lo largo de toda esta temporada. Los cambios de Ziganda no dieron el resultado esperado y el equipo acabó teniendo que dar por bueno un empate, que le impide recortar con las plazas de ascenso.

La afición, que a la media hora se las prometía muy felices, acabó despidiendo al equipo con una tímida pitada y con una nueva decepción.

El partido no pudo empezar mejor para los ovetenses que, antes de que se cumpliera el cuarto minuto de juego, se adelantaron en el marcador. Borja Bastón recibió un centro desde la derecha de Carlos Isaac y remató al primer toque. Andrés Fernández rechazó pero el 'nueve' recogió el balón suelto y solo tuvo que empujarlo al fondo de la red.

Se allanaba el terreno, ya que los azules sacaban petróleo de su primera aproximación al área rival y lograban ponerse por delante en un partido que, de otra manera, se planteaba complicado. Los oscenses trataron de dar un paso al frente, pero se encontraron con la versión defensiva más sólida del Real Oviedo, esa que madura en el centro del campo al rival y luego recupera en defensa. El Huesca mostraba una confianza en su estilo que a la larga le acabó dando frutos.

Aunque el centro de operaciones del juego se trasladó al campo ovetense, el partido estaba donde lo querían los de Ziganda, que podían esperar para salir en rápidos contraataques, que es un arte que esta temporada están explotando y ayer no fue una excepción.

A eso hubo de añadirse que el equipo hizo un ejercicio de efectividad como no se recuerda, ya que en sus dos siguientes aproximaciones al área aragonesa marcó dos buenos goles para lo que parecía sería un paseo militar.

El segundo tanto fue una chilena impecable de Obeng, después de un nuevo centro de Carlos Isaac. El delantero, en una acción muy plástica, ajustó desde el borde del área pequeña al poste para hacer inútil la estirada de Andrés Fernández. La grada disfrutaba de un equipo que parecía dispuesto a dar un golpe sobre la mesa.

Los de Ziganda estaban especialmente atinados en el remate, ya que en la tercera ocasión en la que se acercaron al área Carlos Isaac marcó otro golazo, al enganchar un balón centrado desde la izquierda por Pierre y colocarlo en la escuadra con un fortísimo disparo ante el que nada pudo hacer el portero del conjunto oscense.

Los ovetenses se veían con un 3-0 en el marcador en un partido que era especialmente cómodo, ya que todos los intentos visitantes morían en el borde del área y Femenías apenas tenía trabajo. La ventaja pudo ser mayor, ya que un centro de Viti lo mandó Ignasi Miquel al poste,

Sin embargo, nada más lejos de la realidad. Los ovetenses desaparecieron del campo y no volvieron a comparecer hasta el pitido final.

El Huesca, ya un poco a la desesperada, intentaba volcarse sobre la portería local en busca de un gol que le metiera en el partido antes del descanso y lo logró. El tanto llegó en un saque de esquina botado en corto que Marc Mateu metió al área y Poveda remachó en boca de gol. El primer tiempo acabó con la cómoda ventaja de los ovetenses en el marcador como resultado más del acierto que del juego y era algo engañoso.

El inicio de la segunda mitad fue toda una declaración de intenciones de los visitantes y no se pareció en nada a lo que se había visto en el primer tiempo. El Huesca salió decidido a que hubiera partido y tuvo una clara ocasión a los dos minutos en sendos disparos de Seoane, que repelió en un alarde de reflejos Femenías. Era el aviso de lo que iba a suceder poco después.

Los de Xisco Muñoz eran otro equipo y sometían a los de Ziganda, que no eran capaces de tener el balón y empezaban a mostrar algunas fisuras en la zaga. Eso fue lo que aprovechó Seoane para hacerse con un balón en la frontal y disparar ajustado al poste, sorprendiendo a Femenías. Se mascaba la tragedia.

El gol dio paso a otro encuentro, ya que el Huesca se vio en condiciones de empatar, mientras que los azules que se prometían una tarde plácida la empezaban a tener más que complicada. La reacción de Ziganda, que unos minutos antes había sido expulsado, fue reforzar el centro del campo, dando entrada a Jimmy por Obeng y tratar de tener algo más el balón.

Sin embargo, el escenario no cambió nada y el Huesca seguía teniendo arrinconado a un Oviedo que ya estaba encerrado en su campo y no daba síntomas de reacción. Así fue como llegó el empate, en un remate de Ignasi Miquel después de varios rechaces en el área.

Con el empate el partido se atascó y el miedo a perder atenazó a los dos equipos que lo intentaban tímidamente, pero estaban más preocupados por no perder.

Los azules no tenían fuerzas y los visitantes parecían haber gastado las suyas en la remontada.

Los errores se sucedían por parte y parte lo que dejaba el desenlace del encuentro más en un fallo que en el acierto de dos equipos que no tenían ideas para generar alguna ocasión clara de gol.

Los cambios en el bando ovetense, con la entrada de Javi Mier, Lucas, Pombo y Sangalli daban más aire en defensa que en ataque, donde el equipo apenas era capaz de llegar a la portería contraria. No fue suficiente para cambiar el resultado.