Un Oviedo prometedor con falta de gol

Viti, Jimmy, Sebas Moyano y Paulino fueron de los destacados del equipo, mientras que el resto de los nuevos no permitieron sacar grandes conclusiones de acuerdo a su aportación en el día de ayer. Fue el caso de Romario Ibarra y Alemao, que disfrutaron de pocos minutos.

Otra vez el equipo fue peligroso cuando fue capaz de robar y salir. La velocidad de Viti y Sebas Moyano, así como la movilidad de Paulino fueron las armas ofensivas, además de Borja Bastón que volvió a ver portería.

Los azules se llevaron el trofeo Emma Cuervo en los penaltis, después de que Leo Román detuviera el lanzado por Nacho, mientras que Dani Calvo, Alemao, Romario Ibarra, Masca y Hugo Rama marcaron para los azules.

El once inicial de los azules tuvo como principal novedad la presencia de Paulino en la mediapunta, por detrás de Borja Bastón. El cántabro es habitualmente extremo, pero el técnico quiso verlo en esa posición. Además, en el centro del campo formaron Camarasa y Luismi, que muy probablemente serían los elegidos para formar en el inicio de temporada. Sin embargo, eso solo duró diez minutos, ya que Luismi tuvo que abandonar el campo por un golpe y dejó su puesto a Jimmy.

En los primeros minutos a los azules les costó ajustar la presión y el Racing merodeó la portería de Leo Román, lo que se tradujo en alguna ocasión de peligro. El Real Oviedo pronto dio con la tecla de la presión y empezaron a robar para salir a la contra. El primer aviso fue por la banda derecha, con una jugada rápida de Paulino, que encontró el desmarque de Viti y el centro de este lo remató Sebas Moyano a las manos del portero.

Más acierto hubo en la siguiente acción de ataque, con Jimmy encontrando a Viti en profundidad y el centro del de Laviana lo mandó al fondo de la red Borja Bastón. Sin embargo, solo dos minutos después el marcador se igualó con un penalti de David Costas sobre Sabin Merino, que transformó el delantero vasco.

Los azules presentaron algunas dudas en defensa y eso dio alas a los de Cristóbal que llegaban con relativa facilidad al área oviedista. El estado del terreno de juego no ayudaba a ninguno de los dos equipos a tener el control.

En el inicio de la segunda mitad, los azules, con el único cambio de Yayo por Camarasa, tomaron la iniciativa y el partido se jugó más en el campo visitante. Sin embargo, eso no se tradujo en ocasiones de gol, salvo un remate de cabeza de Paulino que se estrelló en el palo. Fue la última gran ocasión de un encuentro que se resolvió en los penaltis a favor de los azules.