«Bajar el Sella es una maravilla»

El río Sella estos días está salpicado de canoas de todos los colores. Miles de turistas surcan cada jornada sus aguas para disfrutar de una experiencia que es casi imprescindible cuando uno viaja a Asturias. Así lo creen al menos Ángel Pons, Abel Sánchez y Pablo Gotor. Este grupo de amigos de Castellón llegó hasta Arriondas por las recomendaciones insistentes del cartagenero Pablo Mérida y no se arrepentían. «Yo estuve hace tres meses bajándolo y los convencí para volver a hacerlo porque me había encantado», contaba Mérida. Y, a su lado, sus colegas prometían que habían oído hablar de esta aventura alguna vez, «pero no lo habíamos hecho nunca», así que ya era hora de probarlo y disfrutarlo, incluso a pesar de la lluvia que los acompañó durante su larga travesía.

Ellos, a falta de unas horas para la celebración del Descenso Internacional, ya estaban abrumados con tanto ambientazo. «Cuando llegamos a Arriondas, celebramos haber venido antes de la fiesta porque, si ya está a tope, no nos queremos ni imaginar cómo será el día grande», se reían sorprendidos ante tantísimo bullicio.

A este grupo le tocará quedarse con la intriga, al igual que a la familia de Patricia Mora, con miembros de muchos rincones de España: almerienses, murcianos y madrileños. «Yo había venido con mi pareja una vez y les pusimos los dientes largos, enseñándoles las fotos que habíamos hecho», contaba. Así que este verano vinieron todos juntos, con las dos peques de la familia y hasta con su perra, que pasó algo de miedo cuando se vio dentro de la piragua sin entender muy bien qué estaban haciendo. «En su día nos pareció que esta experiencia era una maravilla y ahora la repetimos hasta con nuestra súper mascota», se reían, convencidos de que daba gusto con «el ambiente tan animado. En la otra ocasión también lo hicimos por estas fechas y este año lo estamos haciendo todo igual que la primera vez».

Queda claro que ellos son fans del Descenso como el madrileño Alonso Grau, rodeado de amigos gijoneses y otros de la capital como él. «Nosotros veraneamos aquí todos los años, así que lo bajamos muchas veces, de hecho, lo hacemos casi todos los veranos», presumían, con los remos en la mano. Tendrán que medir sus esfuerzos porque ellos están viviendo unas cuantas noches de desenfreno, al estar alojados en el epicentro de la fiesta. «Tenemos muchas ganas de ver la salida de las piraguas», reconocían, a sabiendas de que estos días «está todo a tope y hay fiesta por todos los rincones de Arriondas».

Más por la naturaleza que por la fiesta, vino a Asturias la familia del holandés Marko Emans. Esta era su «primera vez en Asturias y, por supuesto, en el Sella» y, evidentemente, estaban fascinados con tanto verde y tanto ambientazo. Eso sí: a todos ellos, les tocó empezar con la adrenalina por todo lo alto, cuando el monitor de Ranasella los lanzó por un tobogán hasta el río y tuvieron que enfrentarse al caudal. Terminaron empapados y, sobre todo, con ganas de repetir esta experiencia, que es apta para novatos y para los profesionales que mañana lucharán por la victoria.

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