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A la izquierda, el rapero yihadista Denis Cupert. A la derecha la protagonista de la historia, Daniela Greene.

La espía que se casó con el rapero terrorista

La CNN destapa la historia de una agente del FBI que se casó en Siria con un yihadista

ÁLVARO GARCÍA

Jueves, 4 de mayo 2017, 00:06

En algún lugar de Estados Unidos, a una camarera de hotel le persigue un pasado de película. Se llama Daniela Greene y tiene 38 años. Nació en Checoslovaquia, creció en Alemania y se mudó a EE UU tras contraer matrimonio, muy joven, con un soldado estadounidense. En 2011 fue reclutada como lingüista por el FBI y tres años más tarde se casó en Siria con un yihadista al que le habían encargado investigar. Poco después, huía del Estado Islámico y volvía a su país, donde ha pasado dos años en prisión. «Si hablo con vosotros, pondré a mi familia en peligro», ha dicho la exespía a los periodistas de la CNN que han destapado la historia.

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Dani, como la llaman sus amigos, fue una buena estudiante tanto en la Universidad de Cameron (Oklahoma) como en la de Clemson (Carolina del Sur), donde se graduó en Historia con una tesis sobre las motivaciones raciales del colaboracionismo francés con los nazis. «Ha sido una de nuestras mejores alumnas», ha asegurado a la CNN su director de tesis. Su abogado afirma que es una mujer «inteligente», aunque «obviamente ingenua», que está «sinceramente arrepentida» de sus actos.

La joven agente estaba todavía casada cuando en 2014 perdió la cabeza por Denis Cupert, un rapero alemán que había tenido en su país un discreto éxito como Deso Dog. Muy violento en sus letras, se convirtió al islam tras estar a punto de morir en un accidente de tráfico en 2010. Adoptó el nombre de Abu Talha al-Almani y en 2012 se unió a la yihad en Siria. Considerado uno de los grandes reclutadores de Daesh en internet, también es uno de sus más brutales miembros extranjeros. Cuenta en su haber con una aparición en vídeo amenazando a Obama con una cabeza cortada en una mano. Poco después de empezar a investigarle, Greene identificó números de teléfono y varias cuentas de servicios 'online' usadas por el terrorista.

En junio de 2014, la espía informó al FBI de que quería ir a Múnich a ver a su familia. Voló a Estambul y, desde allí, llegó a Siria, donde a finales de mes se casó con el yihadista, con quien había planeado todo a través de Skype. Con acceso a información clasificada, informó a su nuevo marido de que le investigaban. Pero pronto se arrepintió de todo. «Fui débil y no sé cómo salir de esto», escribió en un mensaje de correo el 8 de julio. «Estoy en un entorno muy peligroso y no sé cuánto duraré aquí, pero no importa, ya es demasiado tarde», añadió al día siguiente. En agosto escapó de Daesh y regresó a EE UU, se entregó, cooperó con las autoridades y por eso fue condenada a solo dos años de cárcel. Su esposo terrorista sigue vivo y, con total seguridad, bastante enfadado.

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