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Iván Armesto, que se hizo popular en 'GH' y hoy es director de casting, en una visita a Gijón. JOAQUÍN PAÑEDA
Los bares de mi vida: Iván Armesto

«Sin bares no habrá nueva normalidad»

Iván Armesto se suma a la iniciativa para respaldar a la hostelería asturiana | El empresario recuerda los locales en los que trabajó antes de hacerse popular en la televisión y a los que vuelve para sentirse «en casa»

P. A. MARÍN ESTRADA

GIJÓN.

Domingo, 31 de mayo 2020, 03:25

Desde Barcelona, la ciudad donde reside, a Iván Armesto le ha faltado tiempo para mostrar su apoyo a la hostelería asturiana en su difícil arranque. A los locales de Gijón a los que vuelve cada verano o los que marcaron muchos momentos gratos de su vida suma orgulloso aquellos en los que tuvo «la oportunidad de trabajar unos cuantos años desde muy jovencito», apunta. «Ahora todos estamos de acuerdo en que vamos hacia una nueva normalidad, pero yo creo que no será realmente 'normalidad' si no podemos volver a los bares como lugares de encuentro, donde juntarnos con las personas que queremos y relacionarnos con los demás», opina.

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El responsable de la empresa de casting Personal 7, antes de ser popular en toda España por su participación en 'Gran Hermano', lo era ya en su ciudad natal por haber puesto copas en algunos de sus establecimientos emblemáticos. «Empecé a los dieciocho con Fernando Espina en el Pachá de Capua. Era la época de esa calle y pasé al Radio K, al Fotogramas... De ahí me fui al Utopía, de los hermanos Iglesias, una revolución y el negocio más profesional de los que estuve. Gracias a ello conocí a muchos profesionales de la hostelería y, entre ellos, a quienes son para mí como hermanos hoy», explica. Como cliente, tiene un recuerdo entrañable y divertido para El Pilu de Somió: «Iba allí con mi pandilla, que éramos unos catorce amigos y pedíamos una tortilla para todos. Salía siempre muy caliente y para que te tocase algo tenías que lanzarte a comer los trozos quemando: Chema Argüelles, Julio el Pinta, Rodrigo el peluquero y yo éramos especialistas en eso», ríe.

Ahora, en cada regreso por navidades o en el verano, desvela: «Aunque esté solo unos días, hay sitios a donde voy sí o sí: al bar de Oscarín en Cimavilla, a ver a Leticia Pérez en Casa Fernando, a la cervecería Baviera de Santiago Castañón o a El Planeta, en la Cuesta el Cholo. Allí me siento verdaderamente en casa y, junto a mi familia, son una de las razones que me llevan a volver a Gijón siempre que puedo, el ambientín que hay y las cosas guapas que me hacen recordar». En la actual situación cree más necesario que nunca «empatizar con los hosteleros, que siempre nos han ofrecido ventajas, para ayudarlos en las dificultades que atraviesan. Hay que animarse a consumir. Sobre todo, en Asturias, donde es un sector tan importante y marca nuestra propia cultura. Si la gente hace lo que tiene que hacer, no debe tener miedo. Frente a la desgracia que ha vivido la humanidad, hay que recuperar la esperanza y las pequeñas cosas que nos hacen felices. Ir a los bares es una de ellas».

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