Una ley bloqueada por el PP y Ciudadanos que decayó con el adelanto electoral

Entre mayo y junio de 2018 el Congreso vivió dos jornadas históricas. Después de 16 intentos fallidos en democracia, el pleno acordó comenzar a tramitar dos proposiciones de ley complementarias, una del Parlament de Cataluña y otra del PSOE, que despenalizarían la eutanasia y del suicidio asistido en España para enfermos incurables y con sufrimientos permanentes que así lo demandasen de forma inequívoca, y que demás regularían su ejercicio con los debidos controles por la sanidad pública. La aprobación de la ley en que confluirían estaba asegurada, pues el único grupo que se oponía era el PP.

Sin embargo, ninguna de las leyes llegó siquiera a iniciar su tramitación parlamentaria. PP y Ciudadanos, por diferentes motivos, utilizaron su mayoría en la Mesa del Congreso para mantener bloqueada la proposición, con la aprobación de sucesivas prórrogas al plazo de enmiendas al articulado. Con esta añagaza legal, el texto podría seguir en el limbo parlamentario hasta el fin de los días y nunca llegar al debate en comisión. El PP lo hacía porque rechaza de plano la eutanasia. Ciudadanos porque no iba a permitir que se tramitase la norma hasta que se aprobase su ley de Muerte Digna con la inclusión de un régimen sancionador nacional para quien incumpliese los cuidados paliativos. En esta fase de parálisis la sorprendió el adelanto electoral del 5 de marzo, que provocó que, como el resto de las leyes en trámite, decayese.