«Tenemos que darle un hogar al talento»

Tamara Fernández (Gijón, 1982) vivió el miércoles uno de esos días que se quedan grabados para siempre en la memoria. Esta ingeniera mecánica, fundadora de IngeniaCity, recibió en el Palacio Real la Cruz Oficial del Mérito Civil, de manos del Rey, justo en el día en que se cumplía una década de su proclamación.

–¿Qué supone para usted haber recibido este reconocimiento?

–Es todo un honor haber sido seleccionada para representar a los asturianos, que cada día se levantan para hacer las cosas un poco mejor en nuestra región, y también a los emprendedores, que generan nuevos proyectos y nuevos puestos de trabajo.

–¿Cómo fue vivir desde dentro el décimo aniversario de la proclamación de Felipe VI?

–Fue impresionante. El martes estuvimos haciendo ya un ensayo y fue muy divertido y muy familiar porque todo el equipo de Casa Real nos acogió de maravilla. Además, tuve oportunidad de hablar tanto con los Reyes como con sus hijas y son los cuatro muy cercanos. Sobre todo, charlé con la Princesa porque tuve la suerte de comer a su lado, me preguntó sobre la empresa, sobre lo que hacemos y también por la vida en Asturias.

–Defendía usted hace unos años en una conferencia que hace falta gente con ganas de mejorar la vida de las personas, ¿bajo esa premisa nació IngeniaCity?

–Sí, mi idea fue siempre la de intentar ayudar a las empresas a desarrollar productos mejores que puedan ayudar a la sociedad y en eso seguimos trabajando. Estamos centrados sobre todo en tres sectores: el industrial, el naval y las energías renovables. Intentamos elaborar soluciones totalmente distintas a las que se imagina el cliente, pero mejores, y ahora también estamos intentando entrar en el sector de defensa.

–¿Es fundamental que haya emprendedores que apuesten por quedarse aquí en Asturias?

–Pues sí porque en Asturias se está generando mucho talento y tenemos que darle un hogar. Hubo demasiados años en los que se nos fue mucho talento y tenemos que tener la capacidad de retener al nuevo que se está generando y atraer al que se fue porque quiere volver.

–Todavía las profesiones científicas como la suya, la ingeniería, están desempeñadas mayoritariamente por hombres, ¿está cambiando la situación?

–No me sé los números, pero estamos trabajando con conferencias y con diferentes programas para fomentar que las chicas entren en carreras de ciencias. Cuando nosotros sacamos ofertas de trabajo, la mayor parte de las candidaturas vienen de hombres y nos llegan muy pocos currículums de mujeres. Creo que las chicas buscamos siempre encajar a la perfección porque los números de mujeres estudiando la carrera no son tan bajos en comparación con el porcentaje de currículums femeninos que nos llegan. Insisto: creo que lo que pasa es que queremos encajar a la perfección y, a veces, lo mejor es que manden el currículum porque podemos encontrar algo que nos llame la atención y que nos encaje. Hay que trabajar para que las niñas estudien este tipo de carreras científicas.