«La pandemia ha servido para que todo el mundo mire a la ciencia y a las científicas»

«El mundo se lo está perdiendo. Ahora que la ciencia es pilar fundamental para salvarnos a todos, la ciencia está dejando fuera a la mitad del talento. Eso es así. El número de mujeres científicas en nuestro país y en Asturias es aún muy escaso, y menos aún si nos fijamos en las que ocupan altos puestos en los escalafones profesionales». La frase de Leticia Álvarez, jefa de Información de EL COMERCIO, fue respaldada por las cuatro expertas que participaron en la mesa redonda organizada por el decano de la prensa asturiana con motivo de la celebración hoy del Día Internacional de la Mujer y la Niña en la Ciencia.

La cita estaba patrocinada por el Ayuntamiento de Gijón, a través de Impulsa, y contó con la presencia de la presidenta del Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC), Rosa Menéndez; con la delegada institucional en Asturias del CSIC y directora del Instituto de Productos Lácteos de Asturias (IPLA), María Fernández; con la subdirectora de Estudiantes y Relaciones con la Empresa de la Escuela Politécnica (EPI), Inés Suárez Ramón; y con la responsable de I+D de Recursos Sostenibles de ArcelorMittal, Ana Fernández.

La alcaldesa de Gijón, Ana González, resaltó el carácter «excepcional» de las cuatro participantes en la mesa redonda y recordó a la figura cuya estela las cuatro han crecido: la investigadora Margarita Salas. «Ella era una mujer muy optimista acerca del papel de la mujer en la ciencia y dijo 'en un futuro no muy lejano, quizás diez o quince años, la mujer en el mundo científico ocupará el puesto que le corresponde de acuerdo con su capacidad y su trabajo'. Pero era consciente de que solo sería posible con tres factores: educación científica sin sesgos, concienciación y visibilización de las mujeres que ya han llegado y del papel que desempeñan», señaló.

Unas palabras que hizo suyas la presidenta del CSIC. Para Rosa Menéndez, la clave para lograr una igualdad entre sexos en el mundo científico «está en la educación: en la de la familia, en la de la escuela y en la de la sociedad». Pidió «visibilizar más lo que hacemos» y, también, mejoras «en las políticas encaminadas favorecer el desarrollo profesional de la mujer». Porque, si bien reconoció que «ahora, en algunas áreas la representatividad está equilibrada», puso el acento en que eso no ocurre «en los pasos superiores de la carrera».

Quizá porque, como explicó la directora del IPLA, «cuando tenías una baja maternal, no contaba en tu currículo», como le ocurrió a ella. Ahora, precisa, «ya no sucede», pero aún cree que queda mucho por avanzar «en la educación de que las tareas de la familias son de los dos».

Ambas coincidieron en que, el momento histórico que vive el mundo, con una pandemia global provocada por la covid, ha servido «para que la sociedad mire a la ciencia y vea a las científicas». Una oportunidad que, señaló la subdirectora de Estudiantes de la EPI, «hay que aprovechar. Se debe visibilizar más todo lo que estamos haciendo».

Inés Suárez Ramón lo hace ya «con los alumnos de Secundaria y Bachiller», pero también se han percatado de que «hay que ir a edades más tempranas». Una propuesta que respalda por completo la responsable de I+D Recursos Sostenibles de ArcelorMIttal. «Nosotros ya tenemos visitas de colegios los fines de semana y, desde mi puesto en la Universidad, aprovecho para llevar a los alumnos al departamento de investigación, para que vean lo que estamos haciendo».

Y están haciendo mucho. La ciencia, resumió Rosa Menéndez, «es apasionante» y tras ella están «las mascarillas que nos protegen, los test de antígenos, las vacunas», de las que, apuntó, «en el CSIC tenemos ahora tres en diferentes fases de desarrollo». Y la ciencia también crea alimentos saludables o cuida del medioambiente. «Nuestro mayor producto es el talento», sentenció Ana Fernández. Y el talento no tiene sexo.