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los investigadores José Antonio Pis Millán y Carlos Nores, con una escápula de ballena procedente de Toranda (Llanes). Universidad de Oviedo

Europa cazaba ballenas hace 5.000 años

Un estudio en el que participa la Universidad de Oviedo fecha esta práctica en la Edad de Piedra, tras analizar 719 huesos, 96 de ellos procedentes de Asturias

C. Rodríguez

Gijón

Miércoles, 13 de septiembre 2023

De sobra conocido es el pasado ballenero de Asturias, del que hay constancia documental desde la Edad Media (1232). Ahora, un estudio revela que en ... la Europa Atlántica esta era ya una práctica extendida mucho tiempo antes. Mucho. Tanto, que contribuyó a extinguir de sus costas dos especies: la ballena franca atlántica y la gris. El trabajo, en el que participa la Universidad de Oviedo, sugiere que la caza de cetáceos se remonta al menos a la cultura Vlaardingen de los Países Bajos, que los capturaba en la Edad de Piedra tardía, entre el 3500 y el 2500 a. C.

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Se trata de la investigación arqueozoológica más completa realizada hasta la fecha en todo el continente y ha permitido analizar 719 huesos de yacimientos arqueológicos de ballenas, algunos de ellos de Asturias, Cantabria y Galicia. A tierras asturianas pertenecen nada menos que 96 restos óseos, procedentes de Luanco, Candás, Lastres, Gobiendes, Ribadesella, Toranda y Llanes. Otros 48 proceden de otras provincias españolas, como Cantabria (Oyambre), A Coruña (Porto de Bares), Lugo (San Cibrao) y Pontevedra (A Lanzada y Pontevedra).

Vértebra que forma parte de un hórreo de Gobiendes. E. C.

El estudio –que analiza el colágeno preservado para identificar la especie– fue realizado por un grupo de arqueólogos dirigido por Youri van den Hurk desde la Norwegian University of Science and Technology y publicado en la revista Royal Society Open Science. El colaborador de EL COMERCIO Carlos Nores, investigador del Indurot y participante en la investigación, ahonda en el descubrimiento de los arqueólogos de que muchos huesos pertenecían a dos especies de ballenas que ya no están presentes en aguas europeas. La ballena franca del Atlántico Norte está en peligro crítico y solo quedan entre 300 y 400 individuos. La ballena gris, de la que se encontraron algo más de cien huesos, está ahora extinta en el Atlántico Norte y actualmente solo se puede encontrar en el Pacífico Norte. Nores destaca que ambas son especies muy costeras, lo que las puso al alcance de los balleneros medievales como los españoles del Cantábrico, los normandos, los flamencos y los escandinavos. En este sentido, el estudio apunta que la ballenación, desde antes de la Edad Media, pudo jugar un papel clave en su desaparición de aguas europeas.

La investigación ayuda a comprender dónde vivieron estos cetáceos y sus patrones de migración. Cabe destacar que, en las últimas dos décadas, al menos tres individuos de ballena gris han vuelto a entrar en el Atlántico desde el Pacífico Norte. Comprender cómo las primeras actividades balleneras afectaron a los ejemplares europeos es vital para su conservación. Si se produce un retorno a nuestras aguas, podremos proteger mejor a la ballena gris sabiendo dónde prosperó antaño.

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