Las muchas brechas de las asturianas
Radiografía. El peso en el padrón del Principado es de ellas, pero es el único: las mujeres tienen un salario inferior, escasa presencia en puestos directivos y peor salud. La casa y los cuidados siguen a su cargo
Gijón
Jueves, 30 de noviembre 2023, 11:21
Fue toda una declaración de intenciones la respuesta de la nueva directora de Igualdad del Principado, en su primera entrevista tras llegar al cargo, ante la pregunta realizada por EL COMERCIO sobre cuáles son sus retos para esta legislatura. «Atajar todas las brechas», anunció María Jesús Álvarez. Y no es una frase hecha. «Hay que atajar la brecha digital, la salarial... Hacen falta políticas de conciliación y corresponsabilidad. Y que las mujeres accedan a puestos de trabajo de mayor formación y proyección», sentenció.
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Unas brechas las que ella apunta que se sustentan en los datos. En los que actualiza con puntualidad el Instituto Asturiano de la Mujer en su informe 'Asturianas en Cifras', elaborado por María José Álvarez. Y el de 2023 no presenta muchas mejoras respecto a los anteriores. Las asturianas son más, en la vida y en la universidad, pero siguen con salarios inferiores, contratos peores y escasa presencia en los cargos directivos. Lideran también en mala salud y en los cuidados: la casa, los menores y los mayores siguen siendo cosa de ellas. Brechas con distancias abismales.
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Y para muestra, las cifras. Las asturianas siguen siendo mayoría en el censo: a 1 de enero de este año, la población asturiana era de 1.004.684 personas, de las que más de la mitad, el 52,3%, 525.552, son mujeres. Como indica el informe del Instituto Asturiano de la Mujer «por cada cien hombres en Asturias hay 109,6 mujeres», lo que supone un índice de feminidad del 109%.
Pero esa mayoría femenina no aparece en todos los grupos de edad. Entre la población menor de 15 años, el número de hombres es mayor: hay 54.592 frente a 51.909. Ellas son mayoría en todos los grupos de edad por encima de los 35 años, hasta llegar a quienes superan los 85 años. «Es en el que hay mayor desequilibrio: hay más de 9.600 mujeres más que hombres». Números que apuntalan una realidad: «la población de mujeres está más envejecida que la de hombres.
Tanto es así que son las asturianas quienes elevan el índice de envejecimiento de la región. El que se mide con la siguiente fórmula: diez personas con más de 65 años por cada persona de menos de 15. Asturias presenta una tasa de envejecimiento del 262%, pero si se analiza el de hombres y mujeres se ve que la tasa masculina es del 214,1%, mientras que la femenina llega a 313%. O, lo que es lo mismo, «por cada niña menor de 15 años, en Asturias hay ya más de tres mujeres que superan los 65 años».
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Viven más, pero peor
Son más y viven más, las asturianas, pero, dice el citado informe, con peor calidad de vida. Así, mientras que «en 2021 la esperanza de vida al nacimiento de las mujeres en Asturias fue de 85,3 años y la de los hombres 80,01 años, el último estudio oficial, de 2017, indica que la esperanza de vida en buena salud era menor para las mujeres, 60,7 años, que para los hombres, 62,4».
Números que se resumen en una frase: «las asturianas tienen 1,7 años menos de vida que los varones sin limitaciones funcionales o discapacidad». La autora hace cálculos para estimar una «expectativa de vida en mala salud de 24,6 años para ellas, frente a los 17,6 de los hombres». Dicho de otra forma, «en Asturias las mujeres vivirán cinco años más que los hombres, pero pasarían siete años más que ellos en condiciones de mala salud». Una relación directa, la de más vida, pero con peor salud, que se puede trasladar a la educación de las asturianas. Ellas se forman más, pero tienen peores trabajos. Y con ellos, peores sueldos y pensiones.
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Empezando por lo positivo. Las mujeres tienen un menor porcentaje de abandono escolar, del 11,2%, frente al 11,8% de los asturianos. Entre la población regional de entre 35 y 34 años, el 62,5% son mujeres con estudios universitarios, frente a un 46,5% de hombres.
Un rosario de cifras que completa el porcentaje de asturianas de 25 a 64 años con un nivel educativo superior, que se quedó el año pasado en el 46%, mientras que el de asturianos apenas superó en seis décimas el 40%. En el curso 2021-2022 hubo 9.926 mujeres y 7.854 hombres matriculados en la Universidad de Oviedo: 54,8% frente a 45,2%.
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Sin embargo, aunque ya no lidera en brecha salarial, Asturias sigue a la cabeza, ahora tras Cataluña, en diferencia entre el sueldo bruto de una mujer y un hombre. El informe lo deja claro: «En similar puesto de empleo el salario medio anual de los hombres asturianos en 2021 fue de 28.399,51 euros. El de las mujeres, 21.808,96, Es decir, 6.590,55 euros anuales menos».
Suelos y techos que frenan
¿Por qué si tienen más formación, cobran menos? La respuesta es poliédrica, pero tiene una arista principal: la falta de corresponsabilidad. Lo deja claro el estudio, y no es la primera vez: «En los últimos 10 años, entre 2012 y 2022, una media anual de 1.950 mujeres abandonó un empleo para hacerse cargo de alguna de las responsabilidades de cuidados. Porque, «casi el 58% de las mujeres entrevistadas dicen encargarse en solitario de estas tareas, mientras que en el caso de los varones esta opción baja al 26% de los casos».
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Un trabajo sin descanso ni ayuda que lleva a que «el 75% de las mujeres nunca dispone de una hora libre al día». Una para sí misma, no para trabajar ni cuidar.
Y con esta carga, que genera el cuidado de menores o mayores, muchas veces ambos, a cargo, llegan los techos y los suelos que frenan. Por un lado, el conocido como suelo pegajoso, es decir, las cargas familiares que llevan a una mujer a elegir una profesión que permita más conciliación familiar, así como contratos parciales o, directamente, no trabajar, como las 1.900 que lo hacen cada año.
Tanto como que «la tasa de actividad de las asturianas es la menor de España». Se quedó en 45,39%, frente al 54,7% de los asturianos. Y cuando trabajan, la mayoría lo hace a tiempo parcial. «Ocho de cada diez personas contratadas en Asturias a tiempo parcial son mujeres». Y si se mira a la temporalidad, para ellas son el 26,7% de esos contratos, frente al 18% de ellos.
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Y si el suelo es pegajoso, el techo es de cristal, es decir, hay pocas posibilidades para que las asturianas alcancen puestos de dirección. De hecho, nueve de cada diez con empleo trabajan en el sector servicios en Asturias, con peores contratos y sueldos. ¿La solución? Formar en corresponsabilidad y favorecer el empleo de calidad. Porque son muchas las brechas de las asturianas.
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