Entre zarzas, murciélagos y sin luz ni agua: el reto de una joven pareja para reformar una casa que llevaba 40 años abandonada en Asturias
Gabi y Tomás, de 24 años, han comprado en este rincón de Boal una vivienda que aspira a ser su hogar y su aventura para rehabilitarla se ha convertido en un fenómeno viral seguido por más de 230.000 personas
N. V.
Domingo, 7 de diciembre 2025, 19:48
Asturias vive un momento de dinamismo inmobiliario. El Instituto Nacional de Estadística (INE) acaba de confirmar que los precios de la vivienda en la región crecieron un 13,5% en el tercer trimestre, la sexta tasa más elevada del país y la mayor desde 2007, justo antes del estallido de la burbuja. En este contexto de dificultad para acceder a un hogar, especialmente para los jóvenes, surgen historias que rompen el patrón: proyectos vitales que apuestan por lo rural y por la rehabilitación de lo olvidado. En Doiras, concejo de Boal, Gabi y Tomás, ambos de 24 años, han comprado una casa que llevaba más de 40 años abandonada. La finca, de casi 400 m², incluye una vivienda de 200 m² repartida en tres plantas y una cuadra. Lo que encontraron al abrir la puerta fue un escenario de abandono: zarzas, murciélagos, rincones oscuros, nidos de pájaro y la ausencia total de electricidad y agua.
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«Entre zarzas, murciélagos, bichos y rincones que daban miedo, tuvimos claro que esto iba a ser un reto enorme… pero también la mejor experiencia de nuestra vida», relatan en su cuenta de Instagram (@manostotheobra), que ya supera los 230.000 seguidores y se ha convertido en un fenómeno viral.
Trabajo duro y constancia
El primer paso fue desbrozar la maleza para descubrir el potencial oculto de la vivienda. Después, llegó la fase más exigente: rehacer instalaciones, asegurar la estructura y devolver habitabilidad a un espacio que llevaba décadas cerrado. La pareja compagina sus trabajos a jornada completa con horas de carretera y noches de obra. «A veces no se trata de tener tiempo, sino de encontrar las ganas. Cada avance, por pequeño que sea, nos acerca un poco más a ver esta casa renacer», comparten.
La rutina es intensa: grabar, editar y documentar cada paso para sus seguidores, que acompañan el proceso como si fuera propio. «Nos emociona ver que tanta gente seguís cada avance como si fuera vuestro. Gracias de verdad por estar ahí y por sostenernos incluso cuando no damos más», escriben.
Más allá de mostrar la evolución de la casa, Gabi y Tomás han convertido su experiencia en guía práctica. Ofrecen consejos a futuros compradores de viviendas abandonadas, explican cómo buscar oportunidades similares y prometen compartir información sobre financiación. Su historia, precisamente, conecta de lleno con una generación que encuentra cada vez más difícil emanciparse y que busca alternativas fuera del mercado convencional.
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A Gabi y Tomás aún les queda por delante muchas horas de trabajo para decir, al fin, que su rincón de ensueño está terminado. De momento, por fin tienen luz. La necesaria para dar calidez a esta gran aventura, que afrontan con mucha ilusión: «Hasta ahora, cada avance dependía del sol. Hoy, por primera vez, podemos trabajar sin mirar el reloj. Podemos imaginar lo que vendrá después».
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