En la imagen, un incendio registrado en Portugal. Foto: AFP | Vídeo: at

El macroinforme de la ONU avisa: el calentamiento global se acelera con consecuencias «sin precedentes»

Los científicos llaman a frenar las emisiones de CO2 porque el temido aumento de 1,5 grados de la temperatura media llegará en 2030, una década antes de lo previsto. El secretario general de Naciones Unidas reclama el fin inmediato del uso del carbón y las energías fósiles para llegar a tiempo de salvar el planeta

Lunes, 9 de agosto 2021, 11:33

El calentamiento global es peor y más rápido de lo temido hasta ahora. Alrededor de 2030, diez años antes de lo estimado, se puede alcanzar el aumento de 1,5 grados centígrados de la temperatura media de la Tierra sobre la era preindustrial, lo que supone riesgos de desastres «sin precedentes» para la humanidad, ya sacudida este verano por canículas, incendios devastadores y enormes inundaciones, según el informe del Panel Intergubernamental sobre el Cambio Climático (IPCC) de la ONU.

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Los expertos científicos de la ONU responsabilizan en su análisis al ser humano por estas tremendas alteraciones climáticas y advierten de que no hay más opción que reducir drásticamente las emisiones de gases de efecto invernadero, sobre todo del dióxido de carbono (CO2), que son los principales responsables del calentamiento climático.

La voz de alarma se da a menos de tres meses de que los 195 países firmantes del Acuerdo de París se reúnan en la Cumbre del Clima (COP26) en Glasgow (Reino Unido), donde deben certificar sus compromisos y actuaciones concretas para tratar de evitar que el planeta supere el aumento de temperatura de 1,5 grados y conseguir que en 2050 las emisiones de CO2 sean equivalentes a cero

El primer informe de evaluación del IPCC en siete años analiza cinco escenarios de emisiones, del más optimista al más pesimista. En todos ellos, la temperatura del planeta alcanzaría el umbral de +1,5 ºC respecto a la era preindustrial alrededor de 2030, diez años antes de lo previsto en la estimación de 2018.

Antes de 2050, se superaría este umbral, e incluso se llegaría a un aumento de dos grados centígrados si no se reducen drásticamente las emisiones. Esto supondría el fracaso del Acuerdo de París, que pretendía limitar el calentamiento por debajo de los dos grados, o de 1,5 si fuera posible.

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Los desastres ya están aquí

El planeta ya ha aumentado su temperatura en 1,1 grados y empieza a constatar sus consecuencias: fuegos que arrasan el oeste de Estados Unidos, Grecia o Turquía, diluvios que inundan Alemania o China, o termómetros que rozan los 50 centígrados en Canadá.

«Si piensan que esto es grave, recuerden que lo que vemos ahora es solo la primera salva», dice Kristina Dahl, de la organización Unión de Científicos Preocupados (UCS).

Incluso limitando el calentamiento al aumento de 1,5 grados, olas de calor, inundaciones y otros eventos extremos aumentarán de forma «sin precedentes» tanto en su magnitud, frecuencia, ubicación o momento del año en que ocurren, advierten los expertos del IPCC.

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«Este informe debería causar escalofríos a quien lo leyera. Muestra dónde estamos y a dónde vamos con el cambio climático: hacia un hoyo que seguimos cavando», comenta el climatólogo Dave Reay.

«Estabilizar el clima precisará de una reducción fuerte, rápida y sostenida de las emisiones de gases de efecto invernadero para alcanzar la neutralidad de carbono», insiste Panmao Zhai, copresidenta del grupo de expertos que elaboró la primera parte de esta evaluación del IPCC.

La segunda parte, prevista para febrero de 2022, mostrará el impacto de estos cambios y cómo la vida en la Tierra se verá irremediablemente transformada en 30 años, incluso menos, según una versión preliminar obtenida por Afp.

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La tercera parte abordará las soluciones posibles y se espera para marzo. Pero el camino a seguir es de sobras conocido: impulsar la transición hacia una economía descarbonizada. «Este informe debe poner fin al carbón y las energías fósiles antes que destruyan nuestro planeta», reclamó el secretario general de Naciones Unidas, Antonio Guterres.

«No hay lugar para excusas»

Ante la necesidad de reducir antes de 2030 a la mitad las emisiones de CO2 con respecto a 1990, la única manera de tratar de frenar el calentamiento en 1,5 grados, todos las miradas apuntan ahora a la cumbre de dirigentes mundiales en noviembre, en Glasgow. «No hay tiempo para esperar, ni lugar para excusas», insistió Guterres.

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Por ahora, solo la mitad de gobiernos revisaron sus objetivos iniciales de reducción de emisiones. Los compromisos adoptados tras el Acuerdo de París de 2015 conducirían a un aumento de tres grados centígrados de la temperatura media. Eso en caso de que se cumplan de verdad, porque el ritmo actual de emisiones se podría llegar antes de finales de siglo a un calentamiento en 4 o incluso 5 grados

Entre estas sombrías proyecciones, el IPCC aporta un resquicio de esperanza. En el mejor escenario, el calentamiento podría quedarse en el aumento de 1,5 grados si se reducen drásticamente las emisiones y se absorbe más CO2 del que se emite. Pero las técnicas que permiten recuperar a gran escala el CO2 en la atmósfera todavía se están investigando, apuntan los mismos expertos.

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El informe indica que algunas consecuencias ya son «irreversibles». El deshielo de los polos hará que el nivel de los océanos siga aumentando durante «siglos, o milenios». El mar, que ya ha subido su nivel 20 centímetros desde 1900, todavía podría avanzar medio metro más para 2100 aunque el calentamiento no sobrepase los dos grados. «Parece lejano, pero millones de niños ya nacidos todavía vivirán en el siglo XXII», señala Jonathan Bamber, autor del informe.

Por primera vez, el IPCC no descarta la llegada de «puntos de inflexión», eventos irreversibles poco probables pero de dramático impacto, como el deshielo del casquete glaciar de la Antártica o la muerte de la selva del Amazonas.

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Esto no es motivo para tirar la toalla, justo lo contrario, porque cada fracción de grado cuenta, dicen científicos y activistas. «No estamos condenados al fracaso», asegura Friederike Otto, una de las autoras. «No dejaremos que este informe se quede en un estante. Lo llevaremos con nosotros a los tribunales», advierte Kaisa Kosonen, de Greenpeace.

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