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Inédita imagen dominical de la plaza de San Pedro llena de sillas pero sin gente por las recomendaciones contra el coronavirus. R. ANTIMIANI / EFE

La mayor cuarentena de Europa

Italia intenta metabolizar, entre incrédula y temerosa, las restricciones que aíslan a 16,7 millones de ciudadanos

DARIO MENOR

ROMA.

Lunes, 9 de marzo 2020, 02:48

El coronavirus divide Italia en dos mitades. En Lombardía y catorce provincias del norte, la zona más golpeada por la enfermedad y donde viven 16,7 millones de personas, el Gobierno impuso esta madrugada férreas restricciones de movilidad a la población hasta el 3 de abril para tratar de evitar que sigan los contagios. «No hay una prohibición absoluta de transferirse de estas áreas del norte a otras partes del territorio. Pero hay una necesidad de motivar los movimientos sobre la base de unas indicaciones específicas. Seguramente hay una movilidad reducida», comentó el primer ministro, Giuseppe Conte, insistiendo en que «no se para» toda la actividad en la zona afectada, aunque sus habitantes tendrán que explicar a la Policía el motivo por el que salen de sus viviendas. Solo se podrá hacerlo por exigencias laborales, necesidad imperiosa o problemas de salud.

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Las mayores restricciones afectan a Lombardía y catorce provincias: Parma, Piacenza, Rímini, Reggio-Emilia, Módena, Pesaro-Urbino, Venecia, Padua, Treviso, Alessandria, Asti, Vercelli, Novara y Verbano-Cusio-Ossola. Todas ellas están situadas en las regiones norteñas de Emilia-Romaña, Véneto, Piamonte y Las Marcas. Se suspenden las manifestaciones y eventos, las ceremonias civiles y religiosas, incluso los funerales, y los bares y restaurantes solo podrán abrir hasta las seis de la tarde y siempre que garanticen que sus clientes pueden mantener una distancia de seguridad mínima de un metro.

También se pide a todas las personas que sufran problemas respiratorios y tengan una fiebre superior a los 37,5 grados, aunque no estén infectadas de coronavirus, que permanezcan en casa y limiten sus relaciones sociales. Quienes hayan en cambio dado positivo por la epidemia tienen prohibido abandonar sus viviendas hasta que concluyan el período de cuarentena. Conte reconoció que son medidas «muy duras». No en vano, se trata de la mayor cuarentena en Europa, y la segunda en importancia después de China -donde 50 millones de ciudadanos permanecieron aislados- desde el inicio del síndrome vírico. Sin embargo, el primer ministro las consideró precisas por la «emergencia nacional», de modo que pidió a los ciudadanos que cumplan con las normas «sin hacerse los listos».

Estas restricciones tienen dos objetivos: «Contener la difusión de la enfermedad y evitar la sobrecarga de las estructuras hospitalarias». Este último es un problema cada vez más apremiante porque el coronavirus no da señales de remitir. Según los últimos datos, la epidemia deja 7.375 personas infectadas (casi 1.500 más que el día anterior), de las que 622 se ha curado y 366 han fallecido. En un solo día murieron 133 pacientes. Italia se ha convertido ya en el segundo país del mundo con mayor número de contagiados por detrás de China.

Entre los infectados hay más de 200 médicos y enfermeros. «Ya hay algunos hospitales en dificultad. Trabajamos para evitar la sobrecarga», comentó el primer ministro, que dedicó parte de su intervención a criticar la filtración anoche a la prensa de un borrador del decreto que contenía medidas todavía más restrictivas, por lo que muchos ciudadanos trataron cuanto antes de escapar de las zonas más afectadas.

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Los alcaldes y gobernadores regionales de estos territorios pusieron el grito en el cielo cuando conocieron estas restricciones. El regidor de Milán, Giuseppe Sala, invitó este domingo a sus conciudadanos a que permanezcan en sus casas y «cambien sus costumbres de vida» para mantener solo los contactos «estrictamente necesarios» con otras personas.

El Papa, «enjaulado»

El decreto del Gobierno también contiene medidas que afectan al resto del país. Se clausuran las discotecas, salas de juegos, cines, teatros, museos y centros de exposiciones. Los bares y restaurantes deberán garantizar que sus usuarios mantienen la distancia de seguridad y los centros educativos de todo el territorio nacional seguirán cerrados hasta el 15 de marzo, aunque se teme que la medida se alargue varias semanas.

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Incluso el Papa afrontó ayer el rezo del Ángelus más extraño desde que fue elegido obispo de Roma hace siete años. Dirigió desde el interior del Palacio Apostólico la oración mariana, que fue emitida en directo por vídeo para evitar así las aglomeraciones de fieles en la plaza de San Pedro. «Es un poco extraña esta oración del Ángelus de hoy con el Papa enjaulado en la biblioteca. Pero yo os veo y estoy cerca de vosotros», comenzó Francisco su alocución.

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