Prostitutas en una calle barcelonesa a mediados del siglo XX.

Clamor contra la deshonra

EL COMERCIO criticó la existencia de redes de trata de blancas que engañaban a gijonesas para prostituirse en Barcelona

Viernes, 25 de agosto 2023, 00:57

Siete años llevaba en 1948 actuando en toda España el Patronato de Protección a la Mujer, trasunto franquista del Real Patronato para la Represión de la Trata de Blancas que había existido a principios de siglo. Pero no funcionaba, al parecer. Quizás porque, más que luchar contra quienes se aprovechaban ora de la ingenuidad, ora de la necesidad de tantas jóvenes, aquella institución criminalizaba a las prostitutas, o a quienes se pensaba que podían llegar a serlo. La cuestión era que en 1948 las redes de trata de blancas existían y actuaban no internacionalmente, como ahora, sino entre regiones. De las pequeñas a las grandes; de las pobres a las ricas, si se quiere; pero ahí estaban. «Queremos dar (la voz de alarma) desde estas columnas a las autoridades», clamaba EL COMERCIO en sus páginas interiores, «para que no decaiga su celo y persigan a delincuentes y encubridores con aplicación estricta de la ley».

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La realidad dolía. «En el presente verano se ha acentuado notablemente en Gijón el delito de la trata de blancas. Sabemos a ciencia cierta (en otro caso no nos atreveríamos a escribirlo) que en nuestra población han llegado individuos con aspecto de dignísimos matrimonios que proponen a chicas de servicio magníficas colocaciones en Barcelona y otras poblaciones, y les pagan el viaje de ida». No el de vuelta.

Lo que les aguardaba en la gran ciudad era algo que no se podía contar; no, al menos, en 1948. Pero que se conocía. «Es innecesario el señalarlo», disculpábamos, «pues fácilmente el lector lo puede suponer». «Triste y desagradable es el escribir esto en las columnas de nuestro periódico, pero EL COMERCIO, fiel a su tradición, lanza esta voz de alarma que, confiemos, no ha de ser en tierra baldía, y hará que se evite la desgracia y deshonra de muchas decentísimas chicas de servir». Al otro lado, desde el Patronato franquista, se miraba más a (o contra) las víctimas. «No obedecer a su madre» o «haberse ido con las comparsas de la artista de cine Marisol» son algunas de las razones de arrestos que bajo su seno se hacía de jóvenes supuestamente problemáticas aún 20 años después de nuestra nota. De quienes se lucraban con ello, eso sí... ¡ni noticia!

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