Begoña Blanco, con la infanta Cristina, en Atlanta 96.

Nadadora a contracorriente

Pese a sus numerosos oros en estilo libre, la paralímpica Begoña Blanco denunció la merma progresiva de las ayudas oficiales

Jueves, 17 de agosto 2023, 01:29

Era una auténtica luchadora. Begoña Blanco, de 29 años -aunque «aparenta muchos menos», decíamos- en 1998, había conseguido llegar a ser «la mejor y más completa nadadora española de todos los que compiten en el campo de la minusvalía psíquica. Con un gran mérito: no le gusta alardear de sus continuos triunfos». Aunque los tenía. Desde luego, más que apoyos. Tal día como hoy, hace 25 años, denunciábamos en nuestra contraportada que, aunque «su historial deportivo es impresionante, casi imposible de superar», Blanco se encontraba «sin apenas ayudas económicas y deportivas. Otros, con muchos menos méritos, gozan de ellas».

Publicidad

Residente en Villaviciosa, nadadora desde los 9 años, había conseguido su primera medalla de oro en 1980, con apenas 11 años. Fue en estilo libre. «En 1981, ya como miembro del equipo nacional español de minusválidos psíquicos, compitió en Bélgica en el Campeonato de Europa, logrando medalla de oro de estilo libre y medalla de plata en relevos. Su carrera continuó hasta obtener los más altos galardones». Su «deficiencia psíquica» solo le impedía alcanzar unos estudios de mayor nivel, pero no superarse día tras día. Había llegado a conseguir la medalla de plata en los Juegos Paralímpicos de Barcelona 92; varios campeonatos españoles; participó en las olimpiadas de Atlanta 96, y en 1997, ya rozando la treintena, «volvió por su fuero al obtener cinco medallas de oro y lograr el mismo resultado el pasado mes de junio en Madrid».

De 500.000 a 100.000

Toda una campeona, ya lo ven, que, sin embargo, parecía olvidada por la administración. Dos años antes de nuestra contraportada, en 1996, la Consejería de Educación, Cultura, Deportes y Juventud le había concedido una beca de 500.000 pesetas que, sin embargo, al año siguiente quedó reducida a 100.000. Era solo el comienzo: la ayuda llegó a cero pesetas en 1998. Y eso habiendo recibido, no en una sino en dos ocasiones, el Escudo de Oro de su ciudad natal, además del Gran Escudo de la Villa de Villaviciosa. Sin dinero pero con mucho esfuerzo, sin embargo, Blanco seguía en la senda que la llevaba directa al triunfo.

Este contenido es exclusivo para suscriptores

1 año por solo 16€

Publicidad