No hay sitio para lo 'camp'

Guerra en la televisión. En la única que había por aquel entonces, se entiende: TVE. «Malos vientos parecen correr por la sede de Televisión Española, allá en Prado del Rey», decíamos, desde la redacción de EL COMERCIO en Gijón, para anunciar el cese de Romano Villalba. Hasta ese entonces, el guionista madrileño dirigía la sección 'Mundo camp' en el programa dominical 'Mundo para todos'. «Era el mejor espacio de todo el programa», decía, airado, su autor, «y con la particularidad de que era el único en el que se daba el 75% de música española que está instituido». Pero cambiaban los tiempos. A esa cláusula, que buscaba salvaguardar la música patria en la cadena nacional, se enfrentaban las modas; y 'camp', a fin de cuentas, significa... lo que ya es anticuado.

Pero no era solo cuestión de los gustos del público, al menos en opinión de Villalba, lo que había generado su destitución. Sin pelos en la lengua, el joven guionista (aunque murió pronto: solo cuatro años después de aquella polémica) acusaba con nombres y apellidos de su mal fin a Óscar Banegas, el realizador que había creado 'Los Chiripitifláuticos' -un éxito sin precedentes, por aquel entonces aún en antena- y que, según Villalba, tenía un enorme poder en la cadena. «Carece de los conocimientos necesarios para ser el director de un programa de este tipo», atacaba, sin piedad, Villalba en nuestras páginas.

«Hacía aparecer y desaparecer, a su antojo, a las presentadoras (...) y el trato que recibe por parte de los dirigentes es anormal, como también son anormales las cantidades que se embolsa. Cobra por ser director, autor del texto, de las canciones... A mí me parece muy bien que gane lo que quiera, pero que no jorobe a los demás, incluso en la parte económica». Romano fue tan vehemente en sus acusaciones que había quien decía que la inquina a Banegas venía de la procedencia de este, pero el guionista 'camp' lo negó. «Yo no tengo nada en contra de los argentinos, pues incluso he contratado a una actriz de esta nacionalidad, Beatriz Savón (...) por ausencia de Carmen Maura». La polémica estaba servida.

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