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El investigador del CSIC Vicente Larraga, en su laboratorio del CIB-CSIC. CSIC Comunicación

La previsión de un experto del CSIC: la pandemia seguirá «dos o tres años», pero la normalidad se recuperará antes

El parasitólogo Vicente Larraga trabaja en una vacuna de ADN sintética que puede rehacerse rápidamente para adaptarla a variantes del virus que sean más resistentes

EL Comercio

Gijón

Martes, 2 de marzo 2021, 11:03

La pandemia de coronavirus aún durará años, pero la vuelta de la ansiada antigua normalidad podría estar más cerca. Así lo ha revelado el investigador del Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC) Vicente Larraga, que espera terminar antes de que finalice este año su vacuna contra el coronavirus.

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El parasitólogo, que trabaja en el Centro de Investigaciones Biológicas Margarita Salas (CIB-CSIC), considera que, gracias a la vacunación, a partir de otoño podrá recuperarse la normalidad, aunque avisa de que la covid-19 «continuará dos o tres años». «Por eso hay que seguir fabricando vacunas y es tan importante que tengamos nuestra propia capacidad para hacerlas», reclama en una entrevista publicada por el CSIC.

«Lo lógico es que la pandemia disminuya mucho a partir de este verano, y que en España esté prácticamente terminada a finales de 2021. Eso sería lo normal. Yo diría que podremos volver a nuestra vida normal el próximo otoño», ha manifestado.

Eso sí, el experto recuerda que debería incrementarse el ritmo de vacunación. «Estamos teniendo algunos problemas con la vacunación, deberíamos ir más deprisa, pero para otoño debería haber un número elevado de personas protegidas y entonces el virus a la fuerza irá decayendo».

Nuevas cepas

Larraga no muestra una excesiva preocupación sobre la aparición de nuevas variantes de covid-19. «Aunque surjan nuevas cepas, la enfermedad tiende a atenuarse. Ha sucedido en todas las epidemias a lo largo de la historia, ¿por qué va a ser distinto ahora?», se pregunta.

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En este sentido, el parasitólogo trabaja en una vacuna de ADN sintética, que puede rehacerse rápidamente para adaptarla a variantes del virus que sean más resistentes. Además, su candidato vacunal —que se encuentra finalizando la fase preclínica (de ensayos con animales)— tiene otra ventaja: puede conservarse a temperatura ambiente, una característica de la que carecen las actuales vacunas, que requieren temperaturas muy bajas.

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