Declarado culpable de asesinato por dejar morir a su pareja de un coma diabético y grabar su agonía
Los hechos ocurrieron en junio de 2019 en su domicilio de Viladecans, en Barcelona. El fiscal pide prisión permanente revisable para el acusado
E. C.
Viernes, 11 de marzo 2022, 19:48
Un tribunal popular ha declarado culpable de asesinato por siete votos al hombre acusado de dejar morir a su expareja diabética. También por grabar su agonía con el móvil, sin auxiliarla pese a sus peticiones.
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Los hechos ocurrieron en junio de 2019 en su domicilio de Viladecans, en Barcelona.
En su veredicto tras el juicio celebrado en la Audiencia de Barcelona, el jurado concluye que el acusado Mariano V., pese a ser consciente del deterioro físico de la víctima y de que necesitaba una intervención «inmediata», dejó que agonizara durante horas mientras contemplaba cómo su sufrimiento iba en aumento.
También cree probado el tribunal que el procesado golpeado e insultado a la víctima previamente para imponerse sobre ella, hasta el punto de que esta empezó a sentirse «humillada» y a tenerle miedo.
Una de las pruebas principales que ha utilizado el jurado para sustentar sus conclusiones han sido los vídeos que grabó el propio acusado en casa de la víctima cuando ésta pasó horas en estado agonizante y en constante deterioro de sus facultades físicas y mentales.
Con esos vídeos, ha concluido el jurado con siete votos a favor y dos en contra, el acusado quiso crear una coartada para cubrirse las espaldas por si, viendo cómo se desarrollaban los hechos, se viera involucrado en una posible investigación sobre los hechos.
Según publica ABC, ya en junio, al grito de «puta y guarra», la agredió en un bar de copas. El temor de la mujer, quien, según la Fiscalía, no se vio con fuerzas para pedir ayuda a terceros, la llevó a pedir al padre de su hijo menor que se lo llevase a vivir con él a Ciudad Real.
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También se descargó una aplicación para grabar todas las llamadas que recibía en su teléfono móvil. Su estado físico y emocional se derrumbó hasta el punto de dejar de acudir a trabajar al bar que regentaba. Se encerró en casa sin apenas hablar con nadie, y descuidó la diabetes tipo 1 que sufría, e hizo un «consumo abusivo de cocaína».
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