«Tenemos que tratar a los niños como seres inteligentes que son»

-¿Cómo lo llevan?

-Ahí estamos, trabajando fuertemente para poder sacar adelante una feria que respete la esencia de Feten.

-¿El programa está cerrado?

-Tenemos ya un diseño que hemos presentado a la Consejería de Sanidad y estamos a la espera de que nos dé el visto bueno. Hay una parte de Feten presencial, queremos tener un número limitado de programadores. Tendremos en cuenta la capacidad de compra, para que los que estén presencialmente tengan esa capacidad, para que las compañías tengan posibilidad de venta. Vamos a hacer un Feten 'online', con cuatro 'streaming' diarios, para programadores, distribuidores, agentes que no pueden venir, pero que sí puedan participar.

-¿Cuántos programadores podrán estar en Gijón?

-100, 150 frente a los 600 y pico de otros años. En función de eso, estamos diseñando un programa para que puedan ver un número de funciones los que estén aquí. A la vez, estamos articulando mecanismos para el Feten virtual, también para actividades paralelas y encuentros.

-Lo que apunta es para profesionales. ¿Qué pasa con el público?

-Vamos a ofrecer a la comunidad escolar la posibilidad de que puedan participar en virtual. Para el público en general, vamos a tener un porcentaje de entrada del Jovellanos hasta completar el aforo y algunas funciones en los centros municipales, como hacíamos con la programación habitual.

-¿Mantienen todos los escenarios?

-No. Y vamos a utilizar los espacios y el Teatro de la Laboral.

-Por primera vez.

-Sí, buscando amplitud y buscando tener definida la burbuja de los programadores. Durante las mañanas, van a estar allí. Y, por las tardes, funcionarán el Jovellanos y los centros municipales.

-¿Y el Antiguo Instituto?

-Habrá programación, pero solo para profesionales.

-Un cambio total.

-Nos planteamos una edición que mantenga la visibilidad de Feten, pero de transición hacia 2022. Queremos mantener la esencia, que haya mercado.

-O sea, que piensan más en las empresas de artes escénicas que en el público.

-Estamos mirando más la visión de feria que la de festival. La trasladamos a mayo pensando que iba a estar más normalizada la situación y la verdad es que entramos justo cuando decae el estado de alarma, pero esto es una incógnita. Tenemos que articular ya todo el programa y ponerlo en marcha. No podemos esperar más a cerrar compañías, contactar con ellas. Es un diseño que cumple las normas de aforos, de limitación de espacios, de invitados en habitación individual como si se celebrara ahora.

-¿Qué va a pasar con el teatro de calle?

-Vamos a tener poquita presencia de calle y van a ser en espacios perimetrados con control de acceso nominativo. Es decir: hay que apuntarse para asistir. Van a ser dos espacios, estamos viendo dónde, pero estarán cerrados para evitar cualquier acumulación de personas que no podamos controlar.

-¿Teatro para bebés y espectáculos de salas pequeñas?

-Va haber programación general, habrá algo de teatro para bebés, pero no un bloque, porque vamos a limitar el número compañías.

-¿Cuántas?

-No lo sé. Esto tiene que ver con el encaje del 'streaming'. Está claro que va haber una disminución sustancial. Lo lógico en estas circunstancias. Sería una temeridad plantear un Feten masivo, no sería responsable. Tratamos de mantener la esencia, de hacer una edición muy especial en estos 30 años, que nos dé continuidad y que a la vez pueda mover el mercado, pero con la situación actual muy interiorizada.

-¿Más dificil que nunca la selección?

-El primer criterio que me estoy planteando es la calidad, el siguiente es la situación de los espacios. Hay algunos que son nuevos y no tenemos la misma constatación de siempre, cuando ya sabemos qué tipo de espectáculos van mejor a cada sitio. Eso hace que sea más difícil la selección. ¿Y luego cómo le dices a una compañía que en una programación normal va a estar que ahora no puede ser? Todo el sector es consciente y nos trasladan que van a ser cómplices. Prefieren que mantengamos ese Feten especial a que no lo hagamos. Eso nos han traslado las asociaciones profesionales y las compañías. Han dicho que todo lo que esté de su parte lo van a poner para que Feten pueda tener esta edición.

-¿Menos pero de todo un poco?

-Sí. Queremos que haya representación de todas las técnicas, edades, formatos, comunidades autónomas.

-¿Pesa más la responsabilidad?

-Nunca me he enfrentado a una selección tan complicada. La responsabilidad de a quién eliges se multiplica, y más en estas circunstancias, porque las compañías necesitan trabajo, es su único medio de vida, son profesionales de esto. Por eso vamos a tratar de darles la mayor visibilidad, por eso el Feten 'online'. Es la presión de todos los años, pero más intensa.

-¿Ha sido el peor año de todos los que lleva programando?

-Sí. La sensación de incertidumbre te genera una inquietud que no tienes habitualmente. No sabemos cómo vamos a estar el 9 de mayo, se supone que mejor, pero no se sabe, no estamos en un nivel de vacunación que nos asegure un mínimo de tranquilidad. Eso es lo más duro. Pero lo afrontamos con ilusión. Soy optimista, siempre lo he sido. Si hay que trabajar el doble, se trabaja. No nos vamos a excusar en nada, no nos va a servir para relajarnos, sino para implementar toda la energía necesaria.

-¿Cumpleaños infeliz?

-Cumpleaños infeliz sería si no hubiéramos apostado por cumplir nuestros objetivos. Creo que ha sido política generalizada del Ayuntamiento de Gijón tratar de mantener la programación escénica, en los centros, en el Jovellanos, se ha hecho todo un esfuerzo para que los programas salgan adelante. Es un cumpleaños especial. Lo prioritario es la salud de los ciudadanos, que salgamos todos juntos de esta. Tenemos la esperanza de que el año que viene celebremos el 30 años bis presencialmente y que la ciudad lo viva en su esplendor.

-Otro premio, el Oh! de honor. ¿Se acuerda de cuántos?

-Sí, porque todos van sumando a nivel emotivo. Feten está muy reconocida por la profesión, nos han premiado las compañías valencianas, en pueblos chiquititos, la feria de Huesca por la iniciativa de formación de públicos, el Max de 2016... Este es importante porque nos lo dan las compañías de aquí. Me siento súper orgullosa de que nos consideren parte de ellos, de esta profesión que yo abracé hace tantísimos años.

-Entiendo que habrá compañías asturianas.

-Cómo no. Evidentemente, nuestras compañías van a tener presencia y con el mismo nivel de calidad que las demás, y con todo el cariño que significa que se haga en Asturias Feten.

-¿Tienen algo que ver las artes escénicas que se hacen ahora para niños con las de hace 30 años?

-No. Y no es por minusvalorar lo que se hacía hace 30 años, sino porque la propia estructura de las compañías ha cambiado mucho. El de ahora es un trabajo muy profesionalizado, que se enfrenta a sus producciones con el mismo rigor que las compañías de teatro para adultos a nivel de producción y con más riesgo creativo. Los temas que se abordan no tienen límite y ya desde hace muchos años. Recuerdo que en 2005, por primera vez con Títeres de María Parrato, se trataba el tema de la muerte. Aquello que era algo que llamaba la atención, por afrontar una temática que pudiera pensarse que no era para ellos, ahora está normalizado. Los temas de la diversidad familiar, la integración multicultural, la reivindicación de los roles, el respeto y el cariño por los mayores... Todo eso se ve reflejado en las producciones que vienen a Feten. También hay otro tipo de teatro que se hace más en busca de taquilla y del divertimento duro y puro, y yo no tengo nada en contra, pero siempre pretendemos que lo que esté en Feten signifique un I+D, un poquito más, tratar a nuestros niños como seres inteligentes que son, y tratar de aportarles cultura emocional para su crecimiento. Ese trabajo lo hacen las compañías. Nosotros no hemos tenido más mérito que haber crecido con ellas.

-¿Ya todo es hibridación?

-A nivel de técnicas, ha habido una hibridación total. Ya no hay espectáculos puros de nada. Manipulación de objetos, el teatro de actores, la danza, la música, el teatro gestual, la magia, todo está entremezclado. Hablamos de espectáculos para toda la familia, el público adulto lo disfruta igual. No hay frontera, no es para los pequeños, es para la familia

-¿Hacia dónde vamos?

-Al trabajo de volver a la normalidad una vez pasada la pandemia, a recuperar al sector. Está claro que, cuando pase a nivel sanitario, que no va a ser de hoy para mañana, habrá quedado mucha gente por el camino y se habrán generado dinámicas diferentes. Hay que reivindicar el valor de lo presencial. Para las artes escénicas, es imprescindible la presencialidad. Se puede trabajar con instrumentos 'online', y habrá cosas que han venido para quedarse, por ejemplo para los encuentros profesionales. Si puede contar con un invitado en América que participe 'online', eso es enriquecedor. Es decir: las herramientas del 'streaming' y el Zoom tenemos que saber aprovecharlas a la hora de difundir los eventos, las funciones, a la hora de interconectarnos, pero, básicamente, respetando nuestra esencia, que es la presencialidad, en vivo y directo. Los espectáculos escénicos no son audiovisuales, tienen un tratamiento y una concepción distinta. No son intercambiables.