«Cruyff me salvó la vida»
Antonio Iriondo, entrenador del Rayo Majadahonda: «Mi madre nació en Gijón, en la calle Corrida, y tengo algunos primos todavía ahí»
J. BARRIO
GIJÓN.
Domingo, 7 de octubre 2018, 01:59
La vida de Antonio Iriondo (Moscú, 1953), entrenador del debutante Rayo Majadahonda, parece extraída de una novela. Sus padres fueron en su día niños de la guerra, forzados al exilio en Rusia, donde nació y vivió tres años este técnico. Fue ciclista en el País Vasco antes que futbolista en Madrid. Y entrenador, cincelado por todo el fútbol de la capital, después de jugador. «Cuando yo estaba en las categorías inferiores del Atlético, entrenando al 'C', Baraja era ya jugador del 'B'. Esa generación de futbolistas fue estupenda», precisa.
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-Hábleme de su orígenes.
-Nací en Moscú. De padre vasco y madre asturiana...
-¿Sí?
-(Risas). Sí. Mi madre nació en Gijón, en la calle Corrida. Todavía tengo familia ahí, algunos primos. Pero estoy más identificado con el País Vasco. Nos fuimos a vivir a Portugalete cuando llegamos desde Rusia. Pasé toda mi infancia en el País Vasco.
-¿Y por qué Rusia?
-Hay que remontarse a la época de la Guerra Civil española. Muchos niños, tanto asturianos como vascos, se fueron a Rusia, entre ellos mis padres, con ocho años. Luego estalló la Segunda Guerra Mundial y las relaciones de España con la Unión Soviética no existían. Estos críos se fueron haciendo mayores y se juntaron. Más tarde nacimos niños como yo.
-Tiene 64 años y le ha costado media vida llegar a la élite, aunque ya entrenó en 2003 al Rayo en Primera tras la salida de Gustavo Benítez.
-Nunca fue mi objetivo llegar a la élite. Siempre me centré en mi labor y he sido tremendamente feliz en todos estos años. Hago balance y mis equipos siempre han estado arriba, pero nunca me he planteado ver si lo hacía bien y me subían. Cuando he subido a Segunda B ha sido porque he subido al equipo. Ahora, en Segunda, lo mismo. Nadie me ha regalado nada.
-¿Y lo del Rayo?
-Aquello fue una situación algo desagradable, pero muy constructiva por el aprendizaje de lo que era la élite. Ya habían echado a dos entrenadores y yo estaba en el 'B', con el filial primero. A Ruiz Mateos se le ocurrió que podía salvar al equipo. Quedaban nueve partidos y un calendario de la hostia (risas). No era el equipo más apropiado para sacarlo, pero significó una experiencia importante.
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-¿Y cómo ha conciliado su pasión?
-Desde hace un tiempo sí que me dedico al fútbol profesional, pero antes siempre lo combiné con mi trabajo. Soy delineante proyectista industrial y trabajaba a la vez que entrenaba o, antes, jugaba. En los últimos años ya me dediqué al deporte de lleno. Cambié tirar líneas por los campos.
-¿Qué le sugiere el Sporting?
-Un club muy simpático, pero que es nuestro oponente. Hay que tratar de ganarlo. Sé que es un buen equipo y que está bien trabajado. Nosotros no estamos atravesando una buena racha, pero tenemos que adaptarnos a la categoría y a un estilo. Pronto vamos a obtener resultados y espero que sea este lunes, claro. Queremos manejar el partido y tener el balón para controlar el juego y ganar. Sé que el Sporting tiene un gran potencial y no va a ser fácil. Tenemos que estar al cien por cien. Si no, será complicado.
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-¿Le llama la atención?
-Tiene jugadores de muchísima calidad. Le vi en directo contra el Alcorcón. ¡Fíjese en el gol que hizo al final André Sousa! Hay que tener mucha calidad para pegarle así al balón. Y ya había avisado antes. Ese día jugó a medio gas, pero, hostia, se veía que tenía un potencial tremendo. Imagino que tendrá que ajustarse también, al ser un equipo nuevo.
-Sigue entregado al culto al balón...
-Llevo 34 años entrenando sin parar. Empecé en Segunda Regional y siempre busqué jugar de una manera que poco a poco he ido evolucionando. Es una filosofía de crecimiento para mí y para los jugadores. Tratamos de dignificar, a mi modo de ver, lo que significa el fútbol.
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-La irrupción de Guardiola hace unos años, incluso de Setién, le provocaría una sonrisa, ¿no?
-Empecé antes que todos ellos (risas). Incluso que Cruyff. ¡Fíjese si llevo años entrenando! El Mundial del 82 me lo empapé bien. A partir de ahí, cuando dejé el fútbol como jugador, me planteé ciertas cosas. Recuerdo que de aquella se focalizaba todo en el sistema. Me decían: 'un 3-4-3, ¿eso quién lo hace?, está mal'. Llegó Cruyff y me salvó la vida (risas). Me criticaban incluso con el equipo arriba. Y hablamos de Regional, con el Villaviciosa de Odón, que no de Asturias. Aquel equipo subió desde Segunda Regional a Tercera. Desde el primer día tratamos de cuidar la pelota. Obviamente, no creo que nadie haya copiado a Antonio Iriondo. Yo sí he aprendido de grandes maestros, como Guardiola, Cruyff y gente que está en esa idea de juego en la élite.
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