Al Sporting solo le queda la esperanza

En un duelo a quemarropa en Butarque, con subida de decibelios en el campo y en la grada, el Sporting se dejó la vida y la mayor parte de sus opciones de meter los pies en el 'play off'. Faltan las matemáticas para la confirmación. Para empezar, la fotografía tras el Espanyol-Oviedo de mañana. Pero el equipo de Ramírez juega ya sin red. Una victoria ayer le metía entre los seis primeros. Una derrota, cianuro. Le descabalgaba en el día 'D'.

Ahora, con esas dos jornadas para exprimir las canijas opciones que quedan, el escenario de seguir en la División de Plata gana cuerpo y terreno. La carambola que demanda la situación del Sporting, sin adquirir categoría de milagro, es importante. Tendría que ganar este par de partidos terminales, ante el Eibar y el Eldense. Y después, confabularse con resultados ajenos. Aunque las caras de los jugadores decían ayer adiós tras un duelo pendular y áspero. Atascado en su primer tramo y demasiado embalado y alegre en el segundo, cuyo final corrió el equipo ya con el gancho. Le faltaron piernas para llegar al clímax con opciones. Posiblemente lanzó toda la caballería y empezó a jugar en el alambre antes de tiempo frente a un oponente que es un reloj suizo. Frío y resistente. En su austeridad, el Leganés, que volvió a acostarse líder, siempre da la hora.

Tampoco tuvo fortuna el equipo de Ramírez, que perdió a Nacho Méndez antes de entrar en calor –apunta a baja hasta el próximo curso–, encajó un primer golpe sin que el Leganés hubiera hecho un 'uy' previo y vio cómo 'Cali' Izquierdoz cantaba un falso bingo por un fuera de juego muy sospechoso. Ni la moviola, que sumó más dudas, lo aclaró. Cuestión de decimales... Y de fe en el sistema del videoarbitraje.

Para arrancar, en una primera mitad tensa, Ramírez envidó con lo que tenía en la cabeza. Hassan asaltó de nuevo la titularidad y la discusión entre Gaspar y Villalba se resolvió esta vez a favor del valenciano. La primera parte fue colérica. En el campo y en la grada. Y tuvo su buena ración de polémica: el VAR anuló ese gol a 'Cali' por un fuera de juego de lupa, con dudas hasta en el 'frame', y aficionados rojiblancos, sentados en la grada local, fueron trasladados a otra zona por la Policía con bronca. También quedó por el camino la mala noticia de la lesión muscular de Nacho Méndez, en fuera de juego antes de los diez minutos. Le relevó Christian Rivera.

El mejor sistema defensivo de Segunda se le hizo bola al Sporting, enredado por la presión alta de los de casa. En esa guerra fría, el gobierno era cambiante. Los dos equipos, con mucho que perder, jugaban con calculadora en los pies. La pelota apenas corría, zancadilleada, sin que los rojiblancos pudieran tener una conexión frecuente con Mario y Otero. Un par de llaneros solitarios engullidos por tanto pretoriano local. Fuera de cobertura. El Leganés solo dejaba de libranza para el tajo defensivo en su campo a Miguel de la Fuente.

Sin amagos de descorche, el tapón saltó inesperado en una melé en el área del Sporting. Un centro de Franquesa lo palmeó flojo Yáñez. Un desvío tierno para la vuelta de Portillo y el emboque del 'pretendido' De la Fuente, listo con la recortada. 'Cali' intentó apagar el incendio en la línea, pero ya no pudo.

No se venció el Sporting, competitivo, pero muy oxidado con la pelota. Se envalentonó más a raíz del intercambio posicional de Villalba y Hassan, y las subidas de Guille. Cerca del túnel de vestuarios, el francés soltó un disparo que pasó tirando besos al poste. Y 'Cali' marcaba en fuera de juego. Ni el fotograma exacto logró determinar si la decisión había sido justa o, si se atiende al pie adelantado de De la Fuente, una equivocación de calibre.

A la segunda mitad salió un Sporting enérgico, cercando a Diego Conde en su intento de remonte. Terminó por cantar bingo y destemplar Butarque con un golazo de Guille Rosas. El lateral, en una excursión personal, cambió el sentido en la frontal y soltó un zurriagazo con la zurda, inesperado, que reventó la persiana del Leganés y venció a Diego Conde por su palo largo. Parecía el momento del Sporting. Pero el equipo se echó demasiado pronto al monte. El partido se abrió en canal, 'correcalles', y el equipo empezó a despelotarse y a tiritar más de la cuenta.

Ramírez metió bisturí y mandó a Hassan extrañamente a la ducha. Salió Queipo en una fase en la que el Sporting trataba de manifestarse, pero sufría a campo abierto, boicoteado por sus pérdidas y adelgazando en el intercambio de cromos de los dos equipos. El local Diego perdonó el gol en un par de ocasiones y Yáñez evitó la gloria de un Franquesa 'messiánico'. No aguantó ya el Sporting la siguiente embestida, aunque el balón entró llorando en la portería tras un roce de Cote al tiro de Cissé.

No tardó en mover ficha el técnico rojiblanco, con cambios a granel. Roque, Gaspar y Gio fueron reclutados de urgencia, sin que el técnico tuviera en cuenta a Djuka, apartado de la competición desde el final del partido en el Martínez Valero. El Sporting empujó hacia Diego Conde, pero por acumulación de futbolistas de ataque, con pocas piernas. Sin un plan claro, firmó la derrota en Butarque. Solo queda ganar y ganar. Y cruzar los dedos.

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