Irarragorri: «Vamos a morir en el intento de atraer con el fútbol el desarrollo a la región»

Los puntos del orden del día fueron aprobados por mayoría en una reunión en la que Irarragorri fue inflexible en el turno de ruegos y preguntas de los accionistas, insistiendo en que «este es un foro para accionistas, no aficionados». En reiteradas ocasiones, en ese sentido, anunció la futura creación de un foro con aficionados para hablar de «temas de aficionados», que no contestó en esta junta.

En la junta se desgranó el presupuesto para la presente temporada, que será de unos 15 millones de euros, con 6,9 de déficit previsto, pese a las medidas correctoras realizadas. Desde la propiedad del Sporting se anticipó que la renovación que se está realizando ha chocado con contratos que estaban previamente cerrados y que, hasta su finalización, no se podrán reconducir.

También se informó de que la ampliación de capital de más de siete millones ya se ha completado, alcanzando la tercera fase, en la que Orlegi cubrió todos los títulos restantes. En otras cuestiones, Irarragorri deslizó su intención de mejorar la relación con el Oviedo -«la rivalidad tiene que ser dentro de la cancha, no fuera, y trabajaremos para eso»-, consideró, desde su punto de vista, que El Molinón no perdería su condición de campo más antiguo si se moviera y explicó que en la tercera fase de la reforma de Mareo está previsto mejorar los campos y las gradas, «mejorando la experiencia del aficionado».

Uno de los momentos tensos de la junta de accionistas llegó con la intervención del accionista Víctor Díaz, que tuvo un intercambio de opiniones con Alejandro Irarragorri. Víctor Díaz se refirió al significado de Orlegi como «hormigón», en relación al proyecto de El Molinón para el Mundial 2030, lamentando que el estadio pueda perder la antigüedad y recordando algunos hitos de su historia.

Irarragorri respondió que «usted solo habla de pasado» y aseguró sobre las menciones a un pelotazo urbanístico que «venimos a generar valor y ganar dinero es una parte de ello». «Orlegi no es hormigón, sino realidad verde», concluyó el dirigente.