Más pólvora, pero todavía húmeda

Se ha cumplido ya el primer mes de competición en Segunda, una liga larga que llevará a los equipos a un carrera de fondo que acabará en junio. Son cinco las jornadas disputadas y algunas las conclusiones que deja este primer tramo de la temporada en el que el Sporting trata de engrasar una nueva maquinaria, con estreno de entrenador en el banquillo y nueve fichajes, ocho de los cuales nunca habían vestido la camiseta rojiblanca. Los datos que ofrecen distintos portales con contenido estadístico permiten apreciar que el Sporting de Rubén Albés trabaja en la línea que el propio entrenador ha marcado desde su llegada a Gijón: ser un equipo vertical que intenta que en los partidos «pasen cosas».

El conjunto rojiblanco de la pasada temporada era un proyecto más asentado que lideraba Miguel Ángel Ramírez y que consiguió entrar en 'play off', el rasero por el que se va a medir la evolución del equipo este año. Las cinco primeras jornadas del preparador canario no fueron mucho más fructíferas en lo que a puntos se refiere que las actuales. Dos puntos más sumaban los rojiblancos hace un año, también con dos partidos perdidos. Pero hay otros datos que apuntan a un cambio en la filosofía del juego. Más allá de los dibujos tácticos, el Sporting de Rubén Albés ha sido hasta ahora un equipo con más capacidad para acercarse con peligro al área rival.

Uno de los datos estadísticos que se ha puesto de moda en los últimos tiempos es el de goles esperados. Se trata de una métrica que mide la probabilidad de que un disparo a portería acabe en gol y que tiene en cuenta cuestiones como el ángulo y la distancia. La media del equipo en la presente temporada es de 1,27 por partido, mientras que en los cinco primeros encuentros de la pasada campaña se quedó en 0,66.

Esta métrica no es solo de ida, también de vuelta. El conjunto de Ramírez concedió 0,68 goles esperados en contra en el primer mes de competición, mucho menos que los 1,34 de la escuadra de Albés. En defensa, el conjunto del técnico vigués viene adoleciendo de ciertos problemas, reconocidos tanto por el cuerpo técnico como por los propios jugadores en declaraciones públicas.

Lo que parece claro es que la intención de Rubén Albés es buscar constantemente la portería rival. El Sporting promedia esta temporada 4,8 disparos entre los tres palos por partido por los 2,6 que reflejan las mediciones de hace un año. Sin embargo, en tiros recibidos los números están bastante parejos. Si este año recibe cuatro tiros a portería por partido y catorce fuera, hace doce meses eran 4,2 y 12,6 respectivamente.

Al proyecto del técnico vigués le queda aún rodaje. La competición es muy larga y el equipo se ha visto lastrado por los problemas físicos de algunos jugadores llamados a ser piezas clave a lo largo de la temporada. Uno de ellos es Jordy Caicedo. Con unas características muy específicas de nueve puro de área, rol que ningún jugador de la plantilla puede asumir, el delantero ecuatoriano llegó cedido a Gijón para ser la referencia del ataque. Una lesión en el músculo semitendinoso de la pierna derecha truncó su evolución en la pretemporada y sus primeros minutos oficiales de rojiblanco no llegaron hasta la pasada semana en Santander.

Con cinco goles marcados y otros tantos recibidos, Rubén Albés no aprecia que la anotación vaya a ser un problema en el equipo. Jonathan Dubasin ya se ha estrenado como goleador, al igual que Otero y Campuzano. Gaspar Campos, que el pasado año hizo diez goles, aún no ha conseguido anotar. Además, se espera la aportación de César Gelabert.

En defensa, el cuerpo técnico está a la espera de recuperar de forma definitiva a Róber Pier, a quien una pubalgia ha lastrado durante toda la pretemporada y que solo ha disputado unos minutos ante el Almería. Con Nikola Maras aún inédito y las bajas de Diego Sánchez y José Ángel Valdés 'Cote', el equipo tratará de encontrar la solidez que en algunos partidos le ha faltado. Una búsqueda de la eficiencia para convertir las estadísticas en puntos y victorias.