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Otero trata de escapar de la entrada de un jugador del Mirandés dentro del área. LOF
Fútbol

El Sporting suma un punto con el pie torcido

El Sporting de Orlegi se estrena con un empate en Anduva, gracias a un golazo de Gragera, tras reponerse a un mal inicio y perdonar la victoria

JAVIER BARRIO

MIRANDA DE EBRO.

Domingo, 14 de agosto 2022, 01:07

En un partido áspero, sorpresivo al inicio por un jabato Mirandés, pero corregido bien sobre la marcha por 'El Pitu', al Sporting se le escabulleron ... dos puntos en el primer fin de semana de competición en la Liga de Orlegi. No dejó el Sporting grandes alegrías para la pestaña. No fue la repera. Pero pescó en un encuentro infernal, a más de treinta grados. Y mereció más, con el VAR mediante y un millar de sportinguistas arrimando el hombro frenéticos por los nuevos fichajes de la nueva propiedad. Mariño estuvo de miranda en Miranda casi todo el tiempo, salvo por el gol y una ocasión postrera del equipo de Etxeberría. Entre Djuka y Otero se relamieron varias veces sin poder echarse nada a la boca. Pero punto es punto, sobre todo para 'El Pitu' y tras un arranque de garrafón. El sábado, a El Molinón.

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Mirandés

Ramón; Parra (Santos, m. 80), Álex Martín, Michelis, Salinas; Juanlu, Prados, O. Rey, Nico Serrano (Castillo, m. 69), López y Raúl García (Carpitche, m. 87).

1

-

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Sporting

Mariño; Guille Rosas, Insua, Izqueirdoz, Cote (Gaspar, m. 85); Gragera, Pedro Díaz (Zarfino, m. 45), Queipo (Pol Valentín, m. 63), Otero, Cristo (Nacho Méndez, m. 70) y Djuka.

  • Goles 1-0: m. 26, Raúl García. 1-1: m. 33, Gragera.

  • Árbitro Gálvez Rascón. Amonestó en el Mirandés a Carpitche; y en el Sporting a Izquierdoz, Djuka

  • Incidencias partido disputado en Anduva.

Y antes del agite, novedades a granel. En el palco. Y en el campo. Queipo, el nuevo 'guaje', fue lanzado a su debut por Abelardo desde la caseta. Mariño ganó temporalmente el pulso a Cuéllar. Y Guille, a Pol Valentín, meritorio en pretemporada. En total, sin mencionar a Cote, se bautizaron cinco futbolistas de inicio en un ambiente sudoroso para el nuevo Sporting y el más de un millar de sportinguistas que acudieron a su llamada. Los abanicos, cotizadísimos, se mareaban en la grada. Así, el balón salió enchironado, con poco gas, midiendo esfuerzos. Fue un arranque bacheado. Y sin gobierno, con los dos púgiles aposentando. Cristo, en su vuelta a Anduva, acampaba detrás de la nuca de Djuka. Pero plano. Como el Sporting.

El Mirandés buscó la 'comodidad' sin balón, áspero en la presión y muy remendado de personal. El 'amarillo' Sporting se cosió el balón unos minutos, pero rígido, tocando con la mosca detrás de la oreja. Etxeberría lanzaba la presión alta y convocaba a casi todo su equipo en su terreno cuando tocaba defender atrás para salir zumbando al robo. Ese buen curro inclinó el tablero hacia Mariño, oxidando al Sporting, mal. Bombeos al área zumbadores, córners y algún suspiro propio del campo de minas en el que a veces se transforma Anduva. Una estampida de Djuka, cuerpo a tierra por la falta, oxigenó al Sporting, embotado. Abelardo torcía el morro. Con todo, los gijoneses cortaban la crecida atrás, casi siempre en hora, especialmente Insua e Izquierdoz.

Zarfino por Pedro

Tan avanzado estaba el Mirandés, subido en la ola, que se olvidó del retrovisor y de su naturaleza durante unos segundos. Y casi sale trasquilado sin merecerlo. El lapsus de Nico Serrano fue suficiente para que Queipo pusiera a Djuka mirando hacia Ramón, que sacó con el cuerpo el remache del '23' a quemarropa. Los dos se compincharían otra vez para el Sporting unas cuantas carreras después. Entonces, Djuka descerrajó furioso al lateral de la red.

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Metiéndose el dedo en el ojo los dos, en una fase democrática, el Mirandés cantó bingo en un balón que no llegó a domar Otero, con algo de 'potra' local y por el pescuezo de hierro de Raúl, que embistió por instinto un centro-chut de Salinas ante Izquierdoz. La alegría en casa duró un puñado de minutos, con la ingeniería de Abelardo y Tomás a balón parado bien interpretada por un estupendo vuelo de Gragera, debutante como titular hace tres años en Anduva. Un gol precioso, con muelles en las botas del gijonés volador tras un pateo preciso de Cote. Seguía sin fluir, en todo caso, el Sporting, con Pedro extraviado y fallón. Poca cosa de Cristo y casi nada de Otero aún. Djuka, eso sí, avinagraba. Rozaba, saltaban chispas con él por medio y embolsaba muchos balones. Juraban en arameo en Miranda cuando el '23', renovado para 2027 para júbilo del sportinguismo, andaba de ronda. Pero le faltaba estoque.

En la caseta, 'El Pitu' tuneó el once y liquidó a Pedro, con el pie torcido en el pase, relevado por Gio Zarfino. Piernas, carrocería y genio. Mientras, el horno seguía cocinando y chamuscando al personal. El día era para jabatos. El local Roberto López lanzó un zurriagazo fuera por un meñique antes de que el Sporting estirase algo el pescuezo en el partido. Hiló más fino y más rápido. Entre Guille Rosas y Otero empezaron a descoser. El segundo mandó un mensaje a Djuka, que el delantero no pudo rematar sobre la línea. Abelardo endureció más la apuesta. El debutante Queipo, prometedor y muy correcto, se fue a la ducha por Valentín, lanzado por delante de Guille y entrando con garbo. Otero hizo las maletas a la izquierda. El plan con Jony le dejó todo el rato de miranda, salvo un calentamiento. Cristo se despidió con un 'uy', en un remate peligroso, y Abelardo fortaleció más la contención y el mando con un trivote. Nacho entró y a Otero le birló el parabólico gol un extraordinario vuelo de Ramón.

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Contra lo que insinuaba el retoque, la ofensiva forastera fue creciente. El Mirandés estaba enchironado en su campo, reventado de piernas, y a la espera, con el Sporting de caza mayor. El VAR dejó con cara de pocos amigos a Otero, que marcó en un fuera de juego por los pelos. Meritorio por ocasiones el Sporting, el Mirandés aguantaba, atechado atrás. Aunque un mal despeje de Valentín, ya en el lateral izquierdo, casi hace la diferencia para los locales, desatinados después de mucho tiempo a ritmo de galeras, pero el botín se repartió a partes iguales.

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