«Quiero estar en el Sporting, me da igual ganar más o menos»

-¿Cómo está?

-Ha sido un año duro. Terminamos jodidos por la situación en la que nos encontramos en las últimas semanas, pero bueno... Estoy desconectando y cargando pilas para lo que pueda venir.

-Ha sido un año difícil para usted. Participó poco en el Girona y en Gijón le frenaron los problemas físicos.

-No fue lo que esperaba. Hice un esfuerzo enorme por venir a Gijón. Dije en su día que quería estar en el Sporting, que me marcó muchísimo. Quería, de todas todas, volver a vestir la camiseta. Y bueno... Cuando llegas con esas ganas de hacerlo bien, la responsabilidad y el querer demostrar al sportinguismo el futbolista que soy no me ayudaron mucho. Fue un año muy duro. Ya venía de una primera vuelta muy difícil en Girona. Creo que me arrastró un poco todo y lo pagué en la segunda vuelta con el Sporting y mi físico. No pude dar el cien por cien como habría querido. Tantas ganas, tanto ímpetu, pequé de más. Me equivoqué.

-¿Aceleró los procesos en las lesiones?

-La primera lesión que tuve creo que fue más de estrés por la llegada, el aterrizaje, muchas emociones juntas. Entrenar cuatro días, jugar en El Molinón, esa sensación de piel de gallina... Fue más una lesión de estrés. Luego, la recaída fue un diagnóstico erróneo de la primera lesión y la recuperación tendría que haber sido un poco más larga. Pero es pasado. Yo, por cómo soy, intento siempre acortar los plazos para estar cuanto antes y ayudar al equipo. Ha sido un año extraño. Quise llegar y hacerlo todo.

-¿Y ahora?

-Me queda un año de contrato con el Girona, pero hay la posibilidad de que pueda salir libre porque, antes de ir a Gijón, tuve que hacer un gran esfuerzo. Y uno de esos esfuerzos fue firmar un papel en el que el Girona tenía el poder de decisión sobre mi último año allí. Si creían conveniente que siguiera, seguiría. Si no, a terminar mi contrato. Fue una decisión arriesgada por mi parte. Me quité ese año que tenía seguro de contrato, pero ya dije en su día que iba a hacer todo lo posible para jugar en el Sporting. Decidí hacerlo porque es lo que sentía y quería. Tenía que hacer lo imposible para llegar a Gijón. Así fue.

-O sea, ¿tiene firmada la renuncia a su último año si el Girona lo decide así?

-Sí. Me expongo a perder un dinero que tenía seguro. Tenía otro año de contrato y me hicieron firmar ese papel, jugando también con mi deseo. Y lo acepté, renunciando también a una gran parte de la ficha de la temporada anterior de la que el Sporting no se podía hacer cargo. Quería volver a Gijón de todas todas. No busqué un motivo económico, sino estar feliz. Renuncié a dinero. Ese año, está en sus manos.

-¿Si le rescinden no le pagan?

-Es un año que pierdo. Hay una compensación, pero no el dinero que estaba pactado. Lo hice porque lo sentía así, no de cara a la galería. Quería ayudar al club a subir por ese año que ya estuve ahí. El Sporting me marcó. Quiero estar ahí en las buenas y en las malas. Me da igual ganar más o menos, pero nunca he estado tan feliz en un sitio como en el Sporting.

-¿Ha hablado con Javi Rico?

-Cuando tuve la reunión le dije que mi predisposición era seguir. Mi primer paso era venir al Sporting fuera como fuera. Lo logré en invierno. Y ahora, mi intención es quedarme en propiedad con el club por lo que siento, lo que quiero dar y porque quiero demostrar a todo el mundo el Jordi Calavera que soy.

-¿Habló con Abelardo?

-También le dije que mi primera opción era el Sporting. Dejé en sus manos que estoy aquí, que me pueden llamar. Mi primera opción será siempre el Sporting. He estado muy poco con él, pero me parece una persona muy normal, campechana, como yo. Sabe transmitir muy bien, a qué quiere jugar, tiene las ideas claras... El camino que el Sporting tiene que seguir es el de 'El Pitu', una persona de casa, que siente los colores. Ha sido un acierto del club traerlo de vuelta.

-Si le llaman, ¿trato hecho?

-Si me llaman, ya lo intentaríamos arreglar de alguna manera. Tanto a mí como a mi familia, el Sporting nos ha marcado muchísimo. Cuando le dije a mi mujer que nos íbamos para Gijón, ella se puso a llorar de alegría. Y por el contrario, se puso a llorar de tristeza cuando nos marchamos hace una semana. No se quería ir. Tenemos muchos amigos en Gijón. El Sporting es un club que nos encanta y ojalá podamos estar ahí mucho tiempo.

-¿Cree que partiendo de cero, con una pretemporada, su rendimiento sería diferente?

-Todos sacamos nuestro nivel con continuidad y rendimiento. Llegué el último día de mercado después de que, yendo en el AVE en dirección a Barcelona, casi se cae la operación por un tema que se solucionó por mi insistencia. Fue un cúmulo de emociones: volar a primera hora, llegar, entrenar... No tenía ritmo. Las lesiones vinieron por eso. Yo soy una persona que se cuida, trabaja y que nunca ha tenido un problema de lesiones como este. Vengo arrastrando inactividad y ese cúmulo de emociones también influye. Creo que con una pretemporada en condiciones volveré a ser el Jordi que la gente vio. Estoy convencido de que daría el nivel.

-¿Qué le ha dicho el Sporting?

-Tendrán sus cosas, sus jugadores, sus ideas... Sé que será un verano largo y estoy con la incertidumbre de no saber dónde voy a estar. No sé si empezaré con el Girona, que es poco probable. Quiero volver a Gijón, pero el Sporting tendrá sus preferencias y sus opciones. Me toca esperar. El club sabe mi deseo.