Al Sporting de Gijón no le rinden los goles

Y como nada se explica del todo con la estadística la realidad clasificatoria indica que el Sporting, en la presente campaña, se encuentra duodécimo con 40 puntos, seis menos que hace un año y cuatro posiciones por debajo. En el apartado de las diferencias destaca también la cifra de goles encajados, siete más que en el pasado curso a estas alturas, una debilidad que el equipo está acusando.

Cuando se inició la presente campaña la plantilla estaba confeccionada contando con un futbolista que desde la dirección deportiva se veía como «diferencial para la categoría», el internacional por Ecuador Jordy Caicedo. Una lesión al inicio del campeonato y sus dificultades de adaptación e incorporación al equipo han lastrado el rendimiento de un jugador que suma dos tantos en lo que va de campaña. Con una participación escasa, el puesto de punta ha sido ocupado por Juan Otero, quien, a pesar de las lesiones, calca sus números de la pasada campaña: seis goles.

La idea de la colectivización del gol, defendida desde dentro del club, casa con el planteamiento de la pasada temporada, donde tampoco hubo un '9' que destacase por hacer un número importante de goles. El planteamiento era que todos los futbolistas debían aportar y responsabilizarse de la tarea de anotar, con modelos de juego que, tanto con Ramírez como con Albés, favorecen que esto suceda. El reparto entre líneas de los goles anotados no ha variado demasiado entre la pasada temporada y la presente. En las 30 primeras jornadas del Sporting de Miguel Ángel Ramírez los defensas anotaron siete tantos, uno más que la actual zaga. Y el frente de ataque, a quien más se mira cuando se revisan estos números, repite estadísticas: 25 tantos repartidos entre cinco jugadores que se distribuyen por toda la línea de vanguardia, lo mismo que sucede en la presente campaña. La aportación desde el centro del campo ha crecido desde la llegada de Rubén Albés, pasando de dos a seis tantos.

Las críticas que está recibiendo el equipo que dirige el entrenador vigués se están dirigiendo a su falta de contundencia para cerrar los partidos, así como a los problemas manifestados para sacar adelante encuentros contra rivales que iban muy por debajo en la clasificación. El diciembre negro que vivió el equipo, y que no se ha conseguido remontar aún debido a los muchos empates cosechados (son ya trece los que se acumulan desde que comenzó la Liga, con siete en lo que va de segunda vuelta), ha lastrado las opciones de una plantilla que ya empieza a emitir mensajes de que hay que tener cuidado con los que vienen por detrás. No obstante, pocas son las dudas sobre lo que es capaz de generar en ataque, con varios partidos en la retina, el último ante el Racing de Santander, que se podían haber liquidado con un poco más de puntería.