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Alejandro Irarragorri, presidente del consejo del Sporting y del Grupo Orlegi, ayer, a su llegada a Mareo con semblante serio. Arnaldo García
Sporting

«Vamos a pelear con el cuchillo entre los dientes»

Alejandro Irarragorri sobre la complicada situación deportiva del Sporting. «El técnico tiene las herramientas para llevarnos a donde queremos», asegura, que evita garantizar la continuidad de 'MAR' otro año

Javier Barrio

Gijón

Sábado, 25 de marzo 2023, 01:57

«Hay que llamar a esta situación por su nombre: una crisis profunda. Pero una crisis también genera una oportunidad». A lo largo de los casi cincuenta minutos de reloj que ofreció Alejandro Irarragorri de exposición pública, después de regresar el jueves a Gijón, el presidente del consejo del Sporting repitió en varias ocasiones la palabra «fracaso» para referirse a la temporada. Con el equipo a cuatro puntos del descenso y a las puertas del viaje a Las Palmas de Gran Canaria, puso cara a la crisis: «Aquí tienen a los responsables de los resultados». No fue el único titular que dejó, comprometiéndose a continuar ante el escenario de una hipotética salida del fútbol profesional por primera vez en la historia del club.

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Firme en su declaración, el líder de Orlegi, que estuvo acompañado por David Guerra en la mesa central del 'Espacio Leli Rubiera', anticipó -sin mencionar la palabra descenso- que «no llegamos aquí solo para las buenas». Y se preguntó a renglón seguido y respondió: «¿Qué pasaría en esa situación que menciona (un descenso)? Lo mismo que sucede hoy, que seguiríamos invirtiendo y trabajando, porque creemos en el Sporting, en su historia, en su afición, en su presente y en su futuro. Si tenemos en el futuro un túnel más oscuro y más difícil, no tenga duda de que Orlegi y nuestra organización estaremos. No tenemos miedo a lo que venga». Pero aunque se logre la salvación, remarcó, «será un fracaso, menos traumático, pero será un fracaso».

En todo caso, insistió una y otra vez, «nuestra concentración está en el presente». El final de la temporada fue la otra parte central de su mensaje, autocrítico con lo sucedido, pero sin entrar en demasiados detalles. «Lo que ha pasado en las últimas 32 jornadas está muy lejos de la expectativa y comprendemos que hemos fracasado hasta el momento en lo que merece la afición», remarcó, resituando el objetivo, al que no quiso poner nombre. Solo recordar el camino y prometer que el proyecto tratará de enderezarse. «Tenemos 65 días de aquí al 28 de mayo, diez jornadas y treinta puntos; vamos a tratar de recuperar en este tiempo lo que no pudimos entregar en estas 32 jornadas, por las que ya no podemos hacer nada».

En ese viaje, que inició con una introducción antes de las preguntas y de cumplir con su ya tradicional sesión de 'running' matinal por El Muro a primerísima hora, salió a relucir Miguel Ángel Ramírez. Su mensaje fue de respaldo y confianza al técnico. «A nivel directivo, de jugadores y con el cuerpo técnico actual estamos en el camino indicado para la transformación de lo que este club debe de ser el día de mañana», consideró, defendiendo que 'MAR' tiene «experiencia» en el fútbol profesional y también la decisión de apostar por él: «Aquí no hay una temeridad, sino un proceso de análisis muy grande. Estamos convencidos de que el entrenador y su cuerpo técnico tienen las herramientas para llevarnos a donde queremos ir con el proceso». Porque, sintetizó, «no estamos enfocados en el resultado; los resultados llegan con el proceso».

Pese a la confianza manifestada en Ramírez, eso sí, evitó dar por hecha con una declaración la continuidad del técnico en el proyecto del año que viene. «Garantizar no puedo garantizar lo que pase conmigo en los próximos veinte minutos. Creo en la voluntad, el trabajo y el proceso, y es lo que nos garantiza estar juntos». Antes, había apreciado «un plantel muy unido con el cuerpo técnico y con nosotros».

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Precisamente, a la plantilla siguió viéndola capacitada para estar en otra situación. «Hay una combinación de talento y experiencia bastante buena. Sigo convencido de que el plantel estaba diseñado para cosas mayores y por eso es un fracaso. Miren el valor de la plantilla, estamos muy por debajo de los resultados». «No me gusta estar donde estamos», continuó. «No es cómodo, estoy frustrado, enojado y molesto», asumió. Porque, concluyó, «tal vez nos quedamos cortos con el nivel de cirugía interna que hicimos en la organización». Al mismo tiempo explicó que «necesitamos tener gente afín». Y marcó el perfil para los trabajadores: «Tienen que ser tan rígidos como lo soy yo y vivir esto como lo vivo yo. Aquí no hay medias tintas, lo tibio no funciona mucho».

Esa 'cirugía' recogía todos los movimientos de personal que se han producido, con altas y muchas bajas, desde el cambio de propiedad. Y anticipó que «seguramente» continuará. En varias ocasiones planeó por esos cambios, con despidos, salidas e incorporaciones, que se han producido en el club, especialmente en estos primeros meses de 2023. «Han sido más duros y profundos de lo que podíamos esperar cuando hicimos la adquisición», dijo, convencido de que «estamos haciendo las inversiones, modificaciones y cambios que tienen que llevar a este club en el mediano y largo plazo a donde debe estar». Y reiteró: «Empatizo con el sentimiento de la afición, a la que hay que dar, no pedir. Todos entendemos que hemos fracasado porque no estamos a la altura de a lo que nos comprometimos; quien no verbaliza la palabra fracaso no está preparado para llegar al éxito». «Vamos a pelear por estos treinta puntos con el cuchillo entre los dientes», prometió después.

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Un examen a «todos»

El objetivo, el presente. Fue la mayor obsesión de Irarragorri. «Ya hay bastante gente para planear en servicios compartidos lo que vendrá después», anunció sobre el próximo proyecto, cifrando en «616 personas» las que están trabajando «fuera de la cancha» para el Grupo Orlegi. Y aunque no anticipó cambios entre los profesionales que fueron incorporados bajo su mandato, sí afirmó que «todos somos sometidos a juicio diario».

De la idoneidad del modelo de Orlegi en España no tuvo dudas. «El fútbol es global, ahí no está el tema», proclamó en las preguntas que apuntaban a los errores cometidos. Casi en el ocaso de su intervención salió a relucir el Mundial y los intereses del Grupo Orlegi. «¿Qué ganamos con el Mundial? Que Asturias y Gijón estarán mejor. Potencialmente ganamos todos», indicó.

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Volvió sobre sus pasos hasta el fantasma del descenso. «No sé si vamos a tener el puente de oro hacia el objetivo o vamos a tener que ir por un túnel subterráneo, pero aquí seguiremos en las buenas y en las malas, en las bonitas o en las feas, porque nuestro compromiso es total hacia Gijón, Asturias y el sportinguismo». A la afición no le quiso pedir nada: «Hay que darle porque no merece explicaciones, sino triunfos».

La presencia de José Riestra e Israel Villaseñor la enmarcó en la rutina de los servicios compartidos de Orlegi, sin darle una relevancia especial. Y antes de avanzar que «en el verano nos replantearemos muchas cosas», puso el broche con un tirón de orejas a Cuéllar, por sus vídeos en una conocida barbería de Gijón, y a Otero, que colgó tras el empate en Burgos una polémica foto en su 'Instagram': «Muy lamentable y penoso en ambos casos. Es un tema interno que hemos tratado con ellos».

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